Prólogo:

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¿Alguna vez has sentido que te arrancan el corazón?

¿Alguna vez has sentido un dolor tan inmenso en tu corazón debido a una traición?

Wei Wuxian sabe perfectamente sobre como se siente las traiciones, como se siente el rechazó y el dolor.

A vivido durante 18 años de su vida a lado de sus tíos y primos quienes siempre lo han rechazado por su madre. Ya que ella no era de una alta sociedad como lo era su padre.
Quedó huérfano a los 9 años, sus padres las únicas dos personas que lo amaban lo habían abandonado en ese cruel mundo. A la edad de 15 años se dió a conocer que el sería el elegido para contraer matrimonio con el próximo emperador, Lan Wangji. En ese momento su corazón volvió a ser feliz y una esperanza de amor se abrió ante sus ojos. Pues aquel pequeño niño había estado enamorado de Lan Wangji cuando apenas tenía 11 años, lo había conoció uno de aquellos días en donde tenían que ir sus tíos al reino del aquel entonces emperador Lan Qiren. Fue un encuentro algo gracioso si es que lo podía describir de esa forma, recuerda que por accidente termino chocando con Lan Wangji mientras se escondía de su primo Jiang Cheng quien había estado furioso por qué accidentalmente Wei Wuxian le había manchado sus prendas que vestía.

¿Que podía decir de Lan Wangji? Solía pensar que a pesar de ser frio y distante tenía un bonito corazón. Lan Wangji nunca expreso algún sentimiento ante su compromiso, mucho menos en su boda y en la noche de bodas...en palabras de Wei Wuxian en ese entonces había sido mágico pero ahora...lo veia como algo frío y hecho por obligación.

Vivió momentos buenos en aquel palacio, conoció a Lan Qiren quien a pesar de regañarlo podría decir que fue una de las pocas personas que realmente lo aprecio y quizo, conoció a la doctora Wen Qing junto con su hermano menor Wen Ning que en ese entonces era su aprendiz. También conoció a la dulce mujer de avanzada edad que solía estar siempre con el, po es como se hacía llamar. Y aquel general que le había entregado su lealtad para toda su vida, Xue Yang un hombre con una sonrisa seductora pero peligrosa. Tal vez solo a esas personas iba a extrañar.

La emperatriz caminaba por aquel hermoso jardín enorme del castillo, ahora era pintado por un hermoso color verde, flores de distintos colores adornaban todo. Era hermoso pero la emperatriz veía con dolor todo esto. Su corazón se sentía destrozado, sentía que se lo había arrancado sin piedad. ¿Cómo se podría sentir bien? Si hace poco vio como su querido emperador, aquel hombre al que le había entregado su más fiel amor lo estaba traicionando...¿Lo peor? Con su querida prima Ling Jiao. Era doloroso por qué había visto que jamás ni siquiera en sus sueños Lan Wangji lo amaría, jamás lo tocaría como a ella la tocaba, jamás lo besaría como a ella la besa y jamás le haría el amor como se lo hacía a ella.
La emperatriz cerro sus ojos fuertemente al recordar como había escuchado lo que en aquella bonita habitación pasaba, aquella habitación que compartía con su emperador, en dónde habían pasado su noche de bodas. Después de esa boda Lan Wangji jamás lo volvió a tocar.

Wei Wuxian sentía su vida perdida. ¿Que le quedaba en la vida? Nada...po había decidido jubilarse y volver a su natal pueblo, Wen Qing y Wen Ning se habían marchado para poder investigar distintos tipos de medicamentos en algunas partes del mundo, Lan Qiren estaba al bordo se la muerte debido a una extraña enfermedad. Y Xue Yang iría a una guerra de la cual probablemente no saldría vivió. No quedaba nada más, había aguantado por mucho años aquel inmenso dolor. Ahora con 26 años daba su vida por terminada.

La emperatriz comenzó a subir unas pequeñas escaleras de mármol, un color blanco tan exquisito. Solo lágrimas salían de sus ojos, en algún punto se encontraba un hermoso balcón de madera en dónde se podían apreciar unas hermosas flores de cerezo que se habían marchitado de la nada pues aquellas flores aún con una horrible nieve jamás se marchitaban ni caían, siempre sobrevivían. Quizás...ellas sabían algo. Antes de poder llegar al balcón se encontró con Xue Yang que estaba parado ahí, tan recto como siempre.

-General Xue yang.- Wei Wuxian miro a los ojos a Xue Yang. El lo sabía, sabía lo que su emperatriz quería hacer. ¿Lo detendría? ¿O lo dejaría poder acabar con ese dolor?-

-Mi emperatriz espero que en otra vida tenga una vida larga y llena de felicidad.- Le hizo una reverencia a la emperatriz. La última que le daría.-

-Espero que en la otra vida nos volvamos a ver.- Wei Wuxian siguió subiendo las escaleras sin mirar atrás.-

Por fin aquella flores de cerezo marchitas se dejaron ver, era increíble como aún no se comenzaban a caer. Wei Wuxian las miro y suspiró. Se quedó unos minutos sintiendo el aire fresco, soltó un suspiro. Quizás el último, subió por el barandal que protegía que nadie se callera. Miro enfrente de el, dónde no había más que madera, lo único que lo sostenian de su final eran sus manos. Las miro y vio su anillo de matrimonio, era lindo...pero ahora no tenían ningún valor. Miro arriba de el, las flores de cerezo a pesar de estar marchitas se seguían viendo lindas con el cielo azul y lleno de nubes. Cerro sus ojos y se soltó del barandal.

El cuerpo de la emperatriz callo y callo, en ningún momento abrió los ojos, ni siquiera sentía algún tipo de miedo y...de repente solo sintió un golpe. La emperatriz no volvió a despertar, ni volvió a levantarse. Las flores marchitas de cerezo comenzaron a caer poco a poco, callendo encima de la que fue la emperatriz.

La Muerte De La Emperatriz. (Wangxian.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora