Chapter 1

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Shen Jiu se levantó de golpe, jadeante, y se secó el sudor de la frente con nerviosismo. Su cabeza se sentía pesada y todo le daba vueltas. También había una sensación de calor que cubría todo su cuerpo. Recorrió la habitación a su alrededor con la mirada. No recordaba como había llegado ahí, y sin embargo, todo le parecía extrañamente familiar.

Las opacas paredes de madera , el camastro, con sus mantas viejas y finas , los escasos muebles y las delgadas sábanas que cubrían su cuerpo, así como las pilas de madera alrededor de la habitación; todo ello le recordaba algo, aunque no estaba seguro de que (...)

No fue hasta que vió la puerta de aquella habitación que se dió cuenta de dónde estaba, y entonces se congeló, asustado, y dejó que sus palmas y sus uñas se aferraran con fuerza a las sábanas raidas debajo suyo.
Observó con angustia aquella puerta que durante años había sido testigo de su dolor, y que alguna vez había pensado que nunca volvería a ver, tan distante y a la vez tan real.

Tenía la vista nublada por lágrimas que no recordaba haber derramado y un extraño calor palpitaba en su pecho. A pesar de eso, pudo recordar perfectamente la puerta de madera.
Era algo profundamente arraigado en su memoria, de cuando era un niño pidiendo promesas imposibles a quien le aguardaba trás la puerta.

Un mareo repentino aturdió su mente.

Inhaló profundamente mientras observaba los detalles de aquel portón; los duros talles en la madera, las numerosas cerraduras, que aseguraban que no escapara de la habitación, el grosor de 2 cun* de la puerta, hecho especialmente para aguantar golpes e insonorizar ante cualquier conmoción...

Esa habitación, tan familiar para el, no era otra que la leñera donde solía quedarse cuando era un niño, bajo el techo de los Qiu.

Se humedeció los labios, desconcertado, pues no tenía idea de cómo había llegado ahí, siendo que había quemado esa casa con sus propias manos.

Así que, intentó tomar una de las mantas de la cama, y... Se quedó petrificado al ver su propio brazo, intacto, pero sobre todo, al reconocer que era el brazo de un niño.
"Esto tiene que ser un sueño" pensó, y se tanteó la cara. Se sorprendió al sentir una piel suave, limpia, y al pellizcar sus labios, los sintió como suyos.
Shen jiu sintió como sus hombros flanqueaban cuando reconoció esa sensación de vulnerabilidad que lo había acompañado toda su niñez.
Ese miedo que lo incitaba a esconderse tras las faldas de alguna mujer, para huir de algún mal hombre..

Las náuseas escalaron desde su vientre y se asentaron en su garganta.

Extrañado, se esforzó por recordar algún detalle que pudiera ser útil, cualquier cosa que pudiera explicar su presencia en esa casa. Meditó un poco hasta que recordó a Meng Mo, aquel demonio confabulado con Luo Bingghe que en ocasiones solía colarse en su mente para causarle pesadillas. Shen jiu sabía que era muy posible que todo fuera obra de Meng Mo, así que intentó concentrar su Qi. Sorprendentemente, no pudo. Aquello era de lo más extraño, pues, si era su pesadilla, entonces tenía que haber podido controlarla. Rechinó los dientes con odio y maldijo a Luo Binghe. Su tiempo en casa de los Qiu era una época que odiaba profundamente pero que sabía no podría olvidar jamás. No se arrepentía de la muerte de ningún Qiu y sin embargo sus acciones le pesaban como una cadena que le impedía avanzar.

Shen Jiu le llamaba Karma a esa sensación de amargura que siempre se retorcía en su estómago, como una sopa mal cocinada. Era su castigo por arrebatárselo todo a la dulce Haitang.

Aún con todos los sentimientos negativos que conllevaba esa época, Shen Jiu aún sentía posesividad por su pasado. No estaba dispuesto a compartirlo con nadie más, en parte por la vergüenza y el complejo de inferioridad que surgían en si mismo hacia la persona que descubriera su pasado. Entonces, si le preguntaras directamente, no, Shen Jiu no hablaría de eso con nadie, mucho menos con Luo Bingghe.
Esa bestia había sobrepasado los límites al entrometerse en su mente de esa manera.

Suspiró pesadamente y decidió seguirle el juego a quien le hubiera puesto en aquella situación. Lo más seguro era fingir que no se había dado cuenta de la ilusión, actuar con tranquilidad hasta descubrir que era lo que buscaban con eso, y luego intentar encarar o expulsar al intruso en su mente. Después de todo, era su sueño. El tenía el poder de controlarlo.
Se levantó del camastro y su estómago dió un vuelco al sentir el suelo áspero bajo sus piernas intactas (¿O quizás no tanto?)
Rápidamente se dio cuenta del dolor en sus pantorrillas al ponerse de pie y el ardor en sus tobillos que le indicaban que probablemente había sido encadenado hasta hace poco.
Reconocía esa sensación, era normal para el ser encadenado por Qiu Jianluo cuando aún estaba vivo.
El dolor de cabeza no hacía más que expandirse y una ola de escalofríos recorrió su cuerpo.

Se deslizó silenciosamente hacia una pila de madera, donde recordaba solía guardar sus túnicas, aquellas que los Qiu le habían concedido "misericordiosamente", porque no soportaban ver su figura andrajosa.

Buscó a tientas las prendas y luego se vistió cuidadosamente, preparándose para salir incluso cuando sus piernas pesaban y todo su cuerpo palpitaba dolorosamente. Jadeó al sentir una ola de calor que se expandía desde su estómago.
Conocía ese dolor; estaba entrando en una desviación de Qi. Solo esperaba poder salir de la leñera a tiempo.

Se dirigió tambaleante a la puerta, su corazón desbocado del dolor. Entonces, dió un paso, luego otro, (Uno más y llegaría a la puerta), y...

Colapsó en el suelo. La madera crujió estrepitosamente y el cuerpo de Shen jiu se quedó flácido en el piso, ardiendo en fiebre y sudor.

Su cabeza daba vueltas y las cosas se distorsionaban a su alrededor, formando un remolino de colores y sensaciones que lo seducían a entrar en un profundo sueño.
Shen Jiu luchó por mantenerse despierto a pesar del creciente cansancio que se asentaba en su cada vez más debilitado cuerpo.

Lo último que cruzó por la mente de Shen jiu fueron las palabras "Que no venga" , antes de finalmente perder la conciencia.

Realmente deseaba no volver a ver a Qiu Jianluo nunca más.
Incluso si ello era solo un sueño
(Una pesadilla)

~•~•~•~
- 1 Cun*: 3.3 CM.

¡Muchas gracias!

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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