𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯𝟯: caída en picada

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Despertarás un día, 
pero será demasiado tarde. 

Madonna


Cambiar mi teléfono no sirvió de absolutamente nada.

¿Ir con la policía me servirá de algo? El padre de Noah sobornó a los oficiales cuando su hijo fue detenido. Flynn lo vio todo con sus propios ojos y no le quedó de otra que pagar la multa para así ahorrarse los días detenidos por pelear en un lugar público.

No era el primer delito que cometía Noah. Había robado una tienda a mitad de año, le pegó a un chico de nuestra edad en la calle porque estaba aburrido —cosa que él mismo admitió—, y unas cuantas cosas más que nunca quiso contarme.

Dejémoslo así.

No quiero ser testigo de ningún delito, leve o grave.

No me había sentido así de mal desde que murió mi padre, tan decaída, sin energías ni motivación por salir de mi cama. Minutos después de aquella llamada corrí a mi habitación y me senté en el suelo, temblando entre los brazos de Flynn. Era inevitable pensar en la voz de Noah, en sus palabras, en el miedo que se apoderaba de mí cada vez que mencionan su nombre.

Y tuve la suerte de que no había escuchado de él en todo el fin de semana.

—Me alegro que estés bien, cariño.

Hablé con mi madre durante todo el trayecto a la universidad. Flynn mantenía los ojos en la calle, su expresión seria permaneció así desde el miércoles pasado. Luego de lo sucedido, no salí del departamento; me encerré en mi habitación y me acosté en la cama, acurrucada entre las sábanas sin sentir otra cosa que una presión en mi pecho que no me dejaba respirar, el miedo que causaba descontrol en mi corazón.

—Lo mismo digo, mamá. —Me limité a decir unas pocas palabras durante toda la conversación—. Tengo que colgar, ya llegué a la universidad —avisé en cuanto Flynn estacionó frente al establecimiento.

—De acuerdo, Cielo —me dijo. Hubo una pausa incómoda en la que no dijo nada. Luego suspiró y agregó—: ¿Estás segura que todo está bien? Si no lo está, puedo volver al departamento lo antes posible...

—Mamá, estoy bien, te lo prometo —contesté calmada.

Detesto consumir el tiempo de trabajo de mi madre.

También detesto mentirle.

Colgué la llamada luego de despedirnos y me quedé en completo silencio con la mirada perdida.

—Isabella —Flynn habló luego de un rato.

—¿Qué pasa? —pregunté como si nada, aún con la mirada perdida e incapaz de hacerle frente.

—¿Por qué le mientes a tu madre? Sabes que se preocupa mucho por ti.

—Lo sé —contesté en voz baja.

—Dile la verdad, Bella.

¿Decirle la verdad? Me encantaría.

Es imposible explicarle todo lo que ha estado pasando así como así. Se enfadaría por no haber acudido a ella o a la policía, me arrancará de los pelos a mí, luego a Flynn y por último a Noah.

Puedo esperar cualquier respuesta de su parte. Eso es lo que me da miedo.

—No —denegué.

—¿No? ¿Te vas a quedar esperando a recibir otra llamada suya?

—No —respondí una vez más.

—¿Entonces? ¿Qué piensas hacer? —insistió.

—¡No lo sé!

Tuya En Secreto #1 [Bilogía Tuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora