❝𝑨 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒆❞

02: Reencuentro

Tu carroza iba a toda velocidad, las ruedas iban tan rápido que hasta las más pequeñas piedras hacían saltar el vehículo.

Mirabas tu zapatilla, recordando la increíble noche que pasaste con el príncipe. Dios, habías bailado con el príncipe, seguías sin creerlo, no procesabas que bailaste con el toda la noche y platicando. Sin duda sentías que era un sueño.

Sentiste que había una mágica conexión entre ambos. Y creo que hasta su madre noto eso. Te sonrojaste por haber recordado aquello que te dijo la reina.

Al llegar a tu casa, habriste la puerta sigilosamente, tratando de hacer el ruido menos posible.

—¿Sabes?, yo también tuve tu edad cariño- Te sentaste al escuchar la voz, era tu padre. Maldijiste en voz baja mientras volteabas a la dirección de la voz.

—Crei que estabas dormido- dijiste mientras quitándote el tacón para descansar los pies.

—Hay por favor, ¿Crees que no escuché el escándalo que hiciste al bajar por la ventana?- Alzó una ceja mirandote burlomamente.

—¿Y todavía tienes el descaro de venir con UN solo tacón?- Ahora si fingiste demencia haciéndote la sorda.

—Bueno, fue una larga noche- comentaste mientras subías  las escaleras a paso rápido,pero la misma voz te detuvo.

—¿Fuiste al baile real verdad?- pregunto serio esperando una respuesta. Diste la media vuelta mirándolo fijamente.

—Tal vez, ¿Trendía de malo eso?-soltaste sin mas. El hombre suspiro antes de hablar.

—Ese no es lugar para una princesa COMPREMETIDA- recalco frunciendo el ceño hablando firmemente- Te recuerdo que-

—No, no estoy comprometida, TÚ me comprometiste- Alegaste alzando la voz. Estabas harta de eso -Te recuerdo que tú fuiste el insensible que arreglo mi matrimonio a MIS ESPALDAS.

Tus ojos comenzaban a picar y tu cuerpo temblaba ligeramente. Esta discusión ya la habían tenido antes, pero ahora te dolía más, ahora te estabas enamorado de alguien más.

—¡Cuándo vas a entender que es por tu bien hija mía!-se acerco a ti tomando tus manos- al casarte con uno de los todoroki tendrás un futuro asegurado - te miro a los ojos suplicando que comprendieras.

—Y te agradezco papá -confesaste aclarando tu mirada - pero te aseguro que se tomar mis propias decisiones - te safaste de sus manos para subir las escaleras

—Y créeme que no esta en mis decisiones casarme con un completo desconocido - dicho esto seguiste tu camino sin voltear atrás.

—Algun día me lo agradecerás lo que estoy haciendo por ti - susurro el hombre antes de irse a su recámara.

Mientras tanto en el palacio.

Durante todo lo que quedaba de la velada, bakugou no quiso bailar con otra joven, ni mucho menos que le presentarán a una.

Esa misma noche, su corazón quedó flechado por una hermosa doncella, y no descansaría hasta volverla a ver.

—Pense que primero iba a morir antes de ver que Bakugou quedará embobado con una chica - confesó el sirviente de pelo amarillo.

—Hay vamos Denki, Bakugou tiene sus encantos, era de esperarse que una dama encantadora lo cautivará - Alegó el chico de pelo negro acomodando los platos.

—¡Awww, Bakugou enamorado! ¡Que emoción!- Comento la sirvienta rosa mientras daba pequeños saltitos en su lugar - ya era hora de tener una amiga.

—Y no se enamoró de cualquiera Mina - se unió a la conversación un pelirrojo - En lo poco que hable con ella se mostró amable y muy linda.

—Ustedes ya cierren la boca - grito al oír sus incoherencias de sus amigos. Estaban hablando como si el no estuviera presente.

—...¿No nos llamaste "extras"? - mencionó Denki. Los demás se voltearon sorprendidos para confirmar lo que dijo el rubio.

—Si que está bien enamorado - mencionó Sero.

—YA DEJENME EN PAZ - rechisto el rubio para irse a su alcoba. A veces sus amigos eran muy chismosos y bromistas de lo que querían.

Al día siguiente te alistaste para ir al pueblo a comprar unas cosas.

¿Y que si eres una princesa?, tu te sentías comoda yendo al pueblo y Comprar las cosas por ti misma por más que tu padre y los sirvientes te dijeran lo contrario.

Ibas de tienda en tienda, compraste algunas otras cosas y decidiste ir a la fuente, te sentaste en la orilla observando el agua.

En la mañana Bakugou decidió ir al pueblo para despejar su mente (y tal vez encontrar a Hanami) no solía salir a fuera del castillo, así que rápidamente se perdió.

—Dios, esto me pasa por bruto - camino hasta lo que parecía ser una fuerte, a lo lejos vio a una joven sentada en la orilla, así que decidió acercarse para ir a preguntarle  el camino hacia el castillo.

Se acercó y la tomo suavemente. La chica se asusto y volteo rápidamente hacia el. Sus ojos se habieron como platos al ver a quien tenían de frente.

—Eres tu.

—Eres tu.

Ambos rieron por aquella coincidencia tanto de las palabras como del encuentro.

—Cuando dije que el destino nos volvería a unir no pensé que fuera tan rápido - Comentaste riendo.

—Me alegra que fuera asi - Ambos se miraron, como la noche anterior - Pensé que no te iba a volver a ver, Cenicienta - bromeó apartando un mechón de tu cabello.

—Lo mismo digo, principe - Sonreiste al ver lo afortunada que eras. Volteaste a ver esa sonrisa que era lo único que necesitabas

—Dios, ¿Por que te fuiste esa noche? ¿Olvidaste apagar la estufa? - Reiste ante su comentario.

—Larga historia - Restaste importancia al asunto - Por cierto, ¿Que hace aquí?, no lo veo muy seguido por estos lados cuando vengo - cambiaste el tema.

—Bueno...vine aquí para despejarme un rato - contesto bajando la mirada, no sabía si decirte el verdadero propósito por el que fue.

—O, tal vez, vine a buscar a la chica que se fue repentinamente de mi fiesta - te miro a los ojos divertido. Mientras buscaba una zapatilla - y que olvidó su zapato en las escaleras.

—Ay no, que vergüenza - te tapaste la cara y con la otra agarraste la zapatilla ¿No olía mal? - Gracias, pudiste haberla tirado.

Continuará!

By: Arianna_FranCeLi/Chancla_195

Créditos: Rui_23vt

¡Mañana (o pasado mañana) la segunda parte!

Me disculpó por la tardanza, tuve varias cosas pendientes, aquí tienen la otra parte, ¡gracias!