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Alex

Estoy saliendo del gimnasio cuando mi teléfono suena, lo saco del bolsillo y al ver que es mi padre contesto, pocas veces suele llamar él, así que debe haber pasado algo grave, desde la muerte de mi hermana y que lo hicieron primer ministro del consejo británico solo llama por emergencias.

- Hola papa, ¿Va todo bien? – le pregunto abriendo el coche para dejar las bolsas y entrar en la parte del piloto.

- Hola Alex, si, va todo bien – eso sí que me deja extrañado – la semana que viene hay una fiesta, más bien, una gala benéfica y me gustaría que asistieras, se nos debe ver como una familia unida, habrá un montón de empresarios importantes, así que no puedes fallar.

- Me va muy bien en el equipo papa, y los estudios también, gracias por preguntar – le digo irónico y frotándome la frente con la mano libre, no sé porque me molesta tanto todo esto, todas mis conversaciones con mi padre desde hace dos años son siempre igual, lo único que le importa es la política y la apariencia.

- Alex no quiero discutir, no tengo mucho tiempo, te pasaré la dirección de donde se celebrará la gala, aunque me gastaría que vinieses a casa para poder llegar juntos - me dice con un tono de voz serio -  pero sobre todo, espero que esta vez vengas sobrio y bien vestido – me dice con voz seria recordándome la última gala a la que fui, en la que aparecí borracho, semidesnudo y acompañado de dos chicas... pero tenía justificación, hacia un mes que mi hermana había muerto y mi padre actuaba como si nada, desde entonces no he vuelto a ir a ninguna gala de las importantes, solo a las fiestas que no podía evitar porque eran en mi casa – y lo más importante hijo, ven solo.

No me deja contestar, cuelga la llamada y dejo caer el teléfono sobre mi regazo, un dolor de cabeza se me instala como un martilleo constante en mi cráneo y bebo un poco de agua para relajarme antes de poner el coche en marcha y conducir hasta mi casa. Aparco en el parking y subo por las escaleras que dan directamente al salón de casa, donde están los chicos en el sofá viendo la tele y comiendo, ni si quiera los saludo y me subo directamente a mi habitación, lanzo la bolsa con rabia sobre la cama y me siento en la silla del escritorio cabreado, lo último que me apetece es ir a una de esas galas ostentosas, donde debes fingir y sonreír hasta que te duele la cara para agradar a todo el mundo, y, sobre todo, para hacer quedar bien a mi padre.

- Te ha llamado tu padre, ¿a que sí? – la voz de Summer resuena por mi habitación mientras escucho como cierra la puerta, levanto la cabeza y cuando se acerca a mí me abraza, derrotado me apoyo en ella y asiento - ¿Qué quiere ahora?

- Que vaya a una gala de no sé qué mierda, para hacerle quedar bien – levanto la cabeza para mirarla y ella se sienta sobre el escritorio- que tenemos que parecer una familia unida.

- Es político Alex, debe aparentar que tiene una familia unida, sino ¿Cómo lo va a hacer con el país? Además, piensa que no lo haces por tu padre, sino por tu madre – me dice deshaciéndome el pelo – que asco, estas sudado.

- Acabo de llegar del gimnasio ¿Qué esperabas? – le digo riéndome, ella también se ríe y me pongo en pie de nuevo – pero tienes razón, debo hacer esto por mi madre... no quiero dejarla sola por mucho que mi padre se lo merezca

- Tu padre no se merece la familia que tiene – dice mi amiga cogiendo una de las fotos que tengo en el escritorio, me acerco y la miro con ella, esa foto la hicimos cuando yo cumplí 8 años, mi hermana me abraza por la espalda y mis padres se ríen mirándose con cariño.

Todo eso desapareció hace dos años, Maddison era la única que mantenía unida esta familia, ella era todo alegría y compasión, solo con estar en su compañía podías sentirte feliz y cómoda; todavía no he conocido a nadie a quien le cayese mal. Ella evitaba cualquier discusión incluso antes de que apareciese, jamás aceptaría el comportamiento que tiene mi padre en este momento, lo sentaría y le daría la charla como si ella fuese la adulta de la familia. Pensar en ella me pone nostálgico, pero la recuerdo con cariño.

- Bueno, date una ducha, vístete y vámonos a buscarte un buen traje para esa gala, tienes que ser el chico más guapo de todos, y vamos a comprar el traje más caro que veamos, por ridículo que sea – la miro enarcando una ceja y riendo – lo va a pagar tu padre, que se joda.

- Esta bien, enseguida bajo – asiente y se marcha de la habitación sonriendo satisfecha, no sé cómo lo hace, pero siempre consigue ponerme de buen humor.

Tras darme una ducha y sentirme mucho mejor, me visto y salgo de la habitación, Summer me espera en la entrada y rodeo sus hombros con un brazo, es como mi hermana pequeña, lo único que me ayuda con la muerte de Maddie es saber que la tengo a ella; mucha gente se piensa que somos pareja, pero nada más lejos de la realidad, ninguno somos el prototipo del otro, en realidad, ambos tenemos el mismo prototipo de chica.

- Luego volvemos Riven, traeremos la cena

- Más te vale que no sea la pizza rancia del otro día - nos dice serio, amenazándonos con el dedo

- No, hoy traeremos comida china, avisa al resto del equipo para que vengan y luego jugamos unas partidas a la play – me dice que vale y se pierde en el pasillo para subir a su habitación.

Summer y yo salimos de casa abrochándonos los abrigos y empezamos a caminar hasta la parada del bus, vivimos a dos paradas del centro, por lo que sale más rentable que coger el coche; en cambio para ir a la universidad es más rápido y cómodo ir con el coche, los horarios de los entrenamientos no son compatibles con los del bus, y no pienso arriesgarme a llegar tarde a mis entrenamientos por coger el transporte público, mi carrera es demasiado importante para mi. 

Cuando llegamos al centro unos 10 minutos después, sabemos directamente a que tiendas debemos ir, entramos a la que más nos gusta a los dos y ambos nos reímos al ver que son todo marcas realmente caras.

- Papá, prepara la tarjeta – Summer se ríe y el dependiente se nos acerca, tras tomarme las medidas me enseña varios trajes, que a pesar de parecerme todos exactamente iguales, el dependiente dice que cambian bastante, como el fajín o no sé qué mierdas más que no soy capaz de comprender. Finalmente me decanto por uno de Gucci, el hombre me lo prepara y tras pasar la tarjeta, nos vamos de allí – te invito a un café vamos.

Caminamos por las calles hasta nuestra cafetería preferida y nos sentamos en la terraza cubierta, al lado de una estufa, nos toman nota y me quedo mirando la carretera y los coches pasando. Miro a mi amiga que esta distraída con el teléfono y se lo robo.

- ¿Ya estas ligando con alguna otra? ¿A quién te estas follando ahora? – miro la pantalla y luego a mi amiga realmente sorprendido - ¿esa es Maya? ¿La de clase de ballet?

Se pone toda roja, pero termina asintiendo, le devuelvo su teléfono y acaricio su mejilla, nunca la había visto ponerse tan nerviosa con ninguna otra chica antes, creo que esto va más enserio que las otras veces, por lo que decido no meterme con ella al respecto y dejarle su espacio, ya hablará del tema cuando esté preparada para hacerlo. Aunque debo admitir que ambos tenemos buen gusto al fijarnos en las bailarinas.

- Ojalá pudiese llevarte a la gala conmigo, pero mi padre ha sido muy clarito en ese aspecto, y sobre todo hijo, ven solo – le digo imitando su voz haciendo cara de enfadado.

Le repito las palabras a mi amiga a lo que ella se ríe, también sabe lo que pasó en aquella gala, debí haber salido en todos los periódicos, incluso en internet, mi padre consiguió que el escándalo no llegase a más, y pronto la gente lo olvidó; creo que todos llegaron a entender lo que me pasaba aquel día, aunque provoqué que mi padre tuviese que dar una rueda de prensa para disculparse por mi comportamiento. Creo que por esa razón ahora es tan duro conmigo, pero una cosa no justifica la otra, no pasaba por un buen momento, y aunque sé que no debí hacer aquello, eso no justifica que mi padre se haya vuelto un bloque de hielo conmigo. 

Entre RedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora