Capítulo 1

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Las diez de la mañana. No tengo muchas ganas de levantarme, aunque pensándolo bien, nunca las tengo. Últimamente se me está haciendo más difícil despertarme, tal vez porque estamos a finales de agosto y hace mucho calor, demasiado como para poder conciliar el sueño. Hoy el señor y la señora Sangster han ido a trabajar, como todas las mañanas, y me han dejado en casa junto con Thomas.

Siempre he odiado estar con él, no nos soportamos y todas las charlas que tenemos acaban en peleas. Lo que más me fastidia sin duda es que siempre utiliza la muerte de mis padres para burlarse. Aprovecha para reírse todo lo que quiere y más de mí, sin importarle mis sentimientos y lo mucho que esto me afecta. Aún recuerdo cómo sucedió todo...

Era una fría y lluviosa noche de invierno. Mis padres se habían ido de cena con la gente del trabajo. Pasaban mucho tiempo fuera, y lo poco que estaban en casa estaban en sus despachos, preparando papeleo y mejorando detalles. Me acostumbré al ritmo de vida que ellos llevaban: siempre iban con prisas, querían que todo estuviese perfecto, necesitaban algún motivo por el que estar orgullosos, daba igual lo que fuese.
Esa noche me habían dejado con el señor y la señora Sangster, como casi siempre hacían cuando debían acudir a algún evento. Siempre pensaron que era mejor que estuviese con ellos antes que con cualquier canguro, y veían como una ventaja que Thomas estuviese allí. Decían que a lo mejor se me pegaba algo de su educación o su elevada inteligencia. Aunque a mi me parecía tan estúpido como cualquier otro niño que te pudieses encontrar en la calle.

Thomas siempre quería ser el mejor, el más adorable, el más inteligente, el más querido... Y cuando yo estaba, supongo que se sentiría eclipsado. No se muy bien por qué. Yo nunca me he considerado una persona que destaque por su inteligencia, por su belleza o por su ternura. Más bien, yo creo que los padres de Thomas siempre me han tratado con mucho cariño porque veían que eso era lo que me faltaba, lo que necesitaba y lo que mis padres no me podían dar. A Thomas también lo trataban con cariño, claramente, pero cuando estaba yo no era el centro de atención. Y eso me ha hecho pensar que ese es el motivo por el que siempre me ha odiado, me odia y me odiará. Es bastante difícil vivir con semejante elemento, pero no me queda otra. He intentado muchas veces que podamos ser amigos, pero creo que eso nunca sucederá.

Solo recuerdo un poco más de esa noche, que los Sangster me comunicaron con todo el tacto posible que ahora era una huérfana que viviría en su casa, y que lloré demasiado. Desde el primer momento les pedí que no me trataran como a una hija. Yo sabía que jamás los vería como a unos padres, y pensé que les dolería tratarme como a una más de la familia y que yo no pudiese corresponderles. Así que tampoco podía ver a Thomas como a mi hermano, no sólo porque nos odiabamos, sino porque no era mi verdadero hermano y nunca tendríamos un vínculo tan estrecho. O al menos eso pensaba...

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Un amor complicado {Thomas Brodie-Sangster y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora