Caso especial~

La situación más peculiar registrada en la historia; vista pocas veces cada cierto año, mayormente en hermanas gemelas, pero está vez no, esta vez se presentó en ambas amigas, Musa Jenifferston de 17 años y Kuroyami Cruz de 16 años, con una conexión más allá de todo aspecto lógico, pero más pura y verdadera de lo que se halla visto. Eran un alma que se dividió en dos al nacer, y ahora se volvían a reencontrar, con sus similitudes y diferencias, lo que las hacía sentirse completas era la ansiada compañía de la otra.

Pero su conexión no se quedaba solo en lo emocional o el pensamiento, no, ellas también sentían el dolor físico de la otra. Estaban completamente conectadas, y mientras más cerca estaban más fuerte sería está unión.

Además de ellas, la única conocedora del tema era su amiga Himari Riuz, quien siempre estaba al pendiente de que no se provocaran más daño del debido por las irresponsabilidades e infantilismo de la mayor. Las tres juntas formaban un trío galáctico, inseparables amigas que sabían disfrutar al máximo el tiempo que pasaban en compañía por lo apretado de sus horarios.

Y justamente ese día, Kuroyami, se encontraba en uno de sus tantos Clubes Literarios. La peli- negra tenía gran talento en el arte de las letras, y era alabada por todos sus compañeros, la escritora escarlata, como era conocida, tenía un maravilloso futuro por delante. Mientras, Musa, se dirigía distraídamente a la Universidad Informática, sip, ella también era conocida como una jóven promesa dentro del mundo tecnológico, conocía más de lo que mostraba ya que uno de sus pasatiempos era trabajar como hacker.

Sumida en sus pensamientos, la jóven de ojos lilas no vió el semáforo en rojo, así como tampoco vió el camión que se aproximaba a alta velocidad para su encuentro, y tampoco pudo ver ni oír nada luego de caer inconsciente al suelo con numerales heridas por todo su cuerpo. Kuroyami no tardó mucho en quedar inconsciente también, consternando a todos los presentes por lo repentino de la situación. No importaba lo que hicieran, la jóven escritora no iba a despertar mientras su amiga seguía perdiendo la vida poco a poco.

Ambas chicas fueron llevadas de inmediato al hospital, cada una por caminos separados, pero volviendo a unirse al atravesar las puertas del lugar. Pero no estaban en un hospital cualquiera, era el hospital donde trabajaba como cirujana su amiga, Himari, la más capacitada y eficiente de todo el cuerpo médico, así como también era conocida por su sanguinario humor negro, y no solo eso, también estaba presente la pareja de Musa, Fyodor Dostoyevski, cirujano de guardia que la atendió desesperadamente al encontrarla en ese estado, mientras que Kuroyami fue llevada con el otro médico de guardia, Chuuya Nakahara, y el médico forense más temido por sus irracionales acciones, Osamu Dazai, daba vueltas como buitre maravillado con la situación, esperando cual de las dos jóvenes sería la primera en ganar una “bendición divina” como llamaría él a la muerte

                               ....
                               🩺
                               ....

La vida de Musa pendía de un hilo, Fyodor desesperado la llevó al primer quirófano que se encontró abierto. Además de las heridas superficiales y algunos cortes por su rostro, presentaba una hemorragia interna cerca del hígado. La sala y todos los utensilios fueron esterilizados de forma rápida, pero antes de poder administrar un sedante el corazón de la chica comenzó a fallar

– Traigan el desfibrilador, rápido!! –Ordenó el peli- negro con un tono suplicante

Mientras tanto Chuuya examinaba a la otra chica, revisó su cuerpo en busca de alguna herida grave o la causa de su desmayo, pero no encontró nada más allá del chichón que se comenzaba a formar en su frente por la repentina caída. Cuánto más tiempo pasaba observándola más quedaba fascinado con la chica, no solo por su situación, algo en ella lo atraía grandemente, no sabía si se trataba de su delicada piel, de su negra cabellera, de esos ojos escarlata sangre que pudo contemplar en su momento, de su delgado pero robusto cuerpo, de su expresión relajada, o tal vez del conjunto de todos ellos más el misterio que le provocaba su presencia.