Petunias

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Caminaba a paso apresurado a la casa de su pareja, tomo el camino que pasaba por una floristería para comprarle un ramo de flores, tras ver todo tipo de flores, le llamó la atención unas hermosas petunias moradas, las cuales le recordó a los ojos de su pareja, Fyodor Dostoyevski, el amor de su vida.

Era su cita, era la primera cita que tendrían en seis meses. A pesar de que habían tenido muchas citas con anterioridad, estaba nervioso. Era perfectamente consciente que en esos seis meses su relación no estaba en su mejor momento, pero era justamente eso lo que lo motivaba a seguir con su cita. Arreglaría las cosas. Recordarían lo mucho que ambos se amaban.

Tenía planeado una cena en el restaurante de su primera cita, seguido por un tranquilo paseo por el parque, terminando por regresar a casa y ver una pelicula acurrucados. Miró la puerta con nerviosismo, su relación dependeria de ese día, aseguró de que fuera la hora acordada, se acercó y tocó el timbre, retrocedió un poco y mostró su mejor sonrisa. La puerta se abrió lentamente dejando ver a su amado.

- ¡Fedya!

No pudo evitar gritar por la emoción, se acercó para verlo mejor. El pelinegro lo miró de arriba hacia abajo, mostrando frialdad y enojo a traves de sus vacíos ojos violetas. No pasó desapercibido por el albino.

- Nikolai...

Una cosa que le gustaba era cuando su pareja decia su nombre, le parecía encantador, pero esta vez era diferente, su voz era fría. Eso le preocupó.

- ¿Fedya? - su fria mirada se detuvo en las petunias. Nikolai lo notó. - ¿Te gustan? - extendió el ramo. - son para ti.

Miró las petunias una vez más, Nikolai pudo notar que las miraba con odio. ¿No le gustaban? Ya metió la pata. Iba a comenzar a excusarse cuando de un golpe el pelinegro las tiró al piso. Sintió como si hubiera golpeado su propio corazón.

- Vete... - soltó con ira. - No quiero verte nunca Nikolai.

- ¿Qué? - lágrimas amenazaron con salir por sus mejillas. - Fedya, ¿Que sucede? - su voz temblaba, rápidamente tomó sus manos entre las suyas. -¿Hice algo mal? ¿Puedo conseguirte otro ramo? ¿Dime que flores prefieres? Por favor, perdóname si no te gustaron yo sólo...

- No me toques... - quitó las manos del contrario.

- Fedya, dime, por favor, ¿qué hice mal?

- ¿Te haces el idiota? - rio forzado. - Sabes muy bien lo que hiciste, Nikolai.

- ¿A qué te...? - lo miró confuso, una idea se le cruzó por la mente. - Hablas de... - asintió. - ¿Quién te lo dijo?

Su voz se volvio seca, en sus ojos desapareció su brillo, miró al piso decepcionado, o más bien, enojado consigo mismo.

- Eso no es importante, Nikolai. - su voz se quebró, quería llorar, pero él no lo valía - Me engañaste...

- Yo jamás...

- No mientas. - alzó su voz, manteniéndose firme. - una vez es un error, pero ¿cinco? ¿con él? - su voz volvió a quebrarse. - ¿Hablas en serio?

- Yo... lo siento... - lágrimas adornaron rápidamente por sus ojos. - ...me sentía sólo...- se acercó. - tú estabas lejos y...

- ¿Qué vas a decir? - soltó toda su ira contenida. - ¿Qué fue mi culpa por no ponerte atención por estar pendiente de mi ahora difunto hermano? - lo alejó con busquedad. - ¡¿Que mierda tienes en la cabeza, Nikolai?!

- Perdóname, por favor - agarró su cabello en desesperación - no sabes cuan arrepentido estoy, - limpio sus lágrimas con sus manos. - lo pensé mucho, y ya lo entendí, entendí que jamás dejé de amarte... - junto sus manos entre las suyas acercándose. - quiero estar el resto de mi vida con mi prometido, contigo Fedya.

Petunias - One-shot - FyolaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora