Cuando las cosas cambian

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Está es una de mis primeras historias, sigue siendo mi pareja favorita de Fairy Tail, a pesar de qué hace mucho no lo veo, me siguen gustando. Espero que la disfruten tanto cómo yo en su momento. 

La imagen de la portada no me pertenece, la baje de Internet y los derechos son de la autora o autor.  Los personajes son de Hiro Mashima.

Sin nada más que aclarar ¡Comenzamos!

CUANDO LAS COSAS CAMBIAN.

Llega ese momento en la vida donde todo cambia, cuando comienzas a mirar a las personas de modo diferente, y ahí recuerdas que antes eras feliz y no lo sabías... Yo estaba protegida y querida, por alguien a quien yo le confiaba mi vida sin dudar y ya no está. Bueno sí está, pero ya no vela por mí, sino por ella.

Era 23 de febrero cuando se fue, agarró sus cosas sin importarle nada, me dejó ahí, tirada en medio de la sala en la que solíamos compartir aventuras y desamores. Ni siquiera me dijo el motivo por el cual se iba, simplemente lo hizo. Tomó al gato que adorábamos consentir mientras hablábamos y se fue. Y sabes cuál fue la mejor manera para despedirse... una tonta nota...

Él era mi amor imposible, bueno realmente nunca le dije lo que sentía, porque sabía que había alguien ocupando ese lugar al que yo añoraba llegar. Primero creí que fue mi culpa, ya que la noche antes de que se vaya le conté que comenzaría a salir con alguien, me ilusioné creyendo que le había molestado... pero no fue así. A los dos meses de haberse marchado, lo encontré por casualidad afuera de la tienda de libros a la que siempre iba a comprar, estaba del brazo con la pequeña chica que ocupaba el lugar en su corazón que yo quería.

Me quedé de hielo al verle sonreír como si todo estuviera bien, mientras yo sufría como una idiota por él. Y mi rabia sólo aumentó más, ya que al verme dibujo la mejor sonrisa que tenía para mí. Sinceramente no lo soporte, agarré más fuerte los libros que tenía en la mano y huí de ahí. Ya se imaginarán por quien fueron las lágrimas que derrame en ese momento. Mientras corría del lugar imaginaba que él estaría en casa y me consolaría como solía hacerlo... que tonta soy.

-¡Lucy! - y ahora hasta su voz imagino. Que patética me siento - ¡Lucy espera! - ese no es un producto de mi mente, sentí como algo caliente tomaba mi brazo con fuerza y me obligaba a detenerme.

No quería voltear a mirarlo, las lágrimas de seguro habrán corrido el maquillaje que apliqué para disimular las ojeras.

-H. Hola Natsu - debo estar tranquila, así no se dará cuenta de nada.

-¿Qué te ocurre? - ¡nada gran tonto!

-¡E. Estoy bien! se me metió algo al ojo y... - rápido Lucy piensa en otra excusa más creíble - ¡Y! – me interrumpió antes de que pudiera continuar hablando.

-¿Tienes algún problema con tu novio? Ese  muchacho que habías mencionado el...

- ¿El día que te fuiste de la casa? – ¿Ahora quien se queda sin palabras?

- Tenía que hacerlo yo - no necesito que me expliques nada.

-Entiendo. Me alegro por ti y... Lisanna, espero que tengan una buena vida juntos.

-¡¿Espera qué?! ¡No tengo nada con ella!  - ¿Acaso me toma por idiota? ¡No voltees Lucy! ¡O seguro terminarás creyendo en él!

-¿Crees qué soy tonta? ¿Qué no sé qué pasa entre tú y ella? ¡¿Qué no me dejaste sola para poder estar con ella?! ¡Por favor Natsu! ¡Al menos se hombre y admítelo! – le dije ahora volteando y tirando uno de mis libros en su pecho y el sujeto la mano que use. Estaba furiosa, tan dolida y cansada.

Cuando las cosas cambianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora