Invitación

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—¿Y por qué no, a ver?— fue lo que dijo Beto al tomar el celular de mis manos. Yo estaba totalmente inmóvil al ver el mensaje en donde se me invitaba al mejor evento del año: la Velada del Año. Sabía que había llegado lejos en mi carrera de streamer, pero ser invitado a semejante evento era algo nuevo para mí.

—¿Y qué piensas hacer, vas a ir?— preguntó Beto alegremente. Mi hermanito estaba muy feliz de verme lograr mis metas.

—Pues sí, Beto, ni que fuera pendejo para no ir—. Y acá terminaría una pequeña parte de mi vida, un vistazo a mi historia, pero no todas las historias deben ir mal, ¿saben? Pero, lastimosamente, esta es una de ellas.

Los preparativos para mi viaje a España fueron rápidos y sin ningún problema. Estaba confiado de mí mismo. Hoy podría conocer contra quién tendría que pelear en la Velada. Lo que no esperaba era posar mis ojos frente al muchacho más divino del lugar. ¡Era alto! Casi tan alto como yo, que es mucho decir. Tenía unos ojos tristes y expresivos, su cabello rizado parecía suave y tenía unos brazos que hicieron que mi corazón diera un brinco, algo que no había sentido desde hace mucho tiempo... cuando llegué a sentir algo por una persona cercana a mí.

Intento disipar mis pensamientos sobre mi pasado, no puedo añorar algo que no fue cuando tengo una vía libre a lo que podría ser alguien importante en mi vida. Me sentía nervioso al ver que se acercaba hacia mí, era algo que no me había pasado antes, pero de su boca salió lo más amargo que pude escuchar.

—¿Tú eres Elmariana, cierto? Yo soy Plex y me toca pelear contigo en la Velada— dijo con su tonta sonrisa.

—Ah, sí, sí, soy yo, mucho gusto—. Maldita sea mi suerte, me tocaba pelear con él. Al menos así podría conocerlo mejor.

Durante los días siguientes, los preparativos para la Velada continuaron. La organización nos proporcionó entrevistas y actividades promocionales, ojala y me pagaran extra por esto. Aunque estaba concentrado en mi entrenamiento, no podía dejar de pensar en Plex. Cada vez que nos encontrábamos en los pasillos, su presencia me ponía nervioso, pero también me intrigaba más.

Una tarde, después de un intenso día de entrenamiento antes de volver a México, decidí relajarme en la terraza del hotel. La vista de la ciudad era impresionante al anochecer y el aire fresco me ayudaba a despejar la mente, el sol era poco visible y me sentía en calma. Mientras contemplaba el horizonte, escuché una voz familiar detrás de mí.

—¿Puedo sentarme?— Era Plex, con una sonrisa menos tonta y más sincera.

—Claro— respondí, intentando no mostrar mi nerviosismo.

Nos sentamos en silencio por un momento, disfrutando del atardecer. Finalmente, Plex rompió el silencio.

—Sé que la Velada es un evento importante, pero no quiero que esto nos convierta en enemigos. Después de todo, ambos estamos aquí por nuestras habilidades y pasión por lo que hacemos tío — dijo, mirándome a los ojos.

—Tienes razón— respondí. —No deberíamos dejar que una competencia arruine la posibilidad de una buena amistad y yo la verdad si quisiera ver si coincidimos par aun juego de Roblox o algo— añadí, sin poder evitar sonreír.

Plex se rió suavemente y asintió. —Exactamente. Tal vez después de la pelea, podamos conocernos mejor.

El ambiente era tenso pero no incómodo. Plex parecía estar buscando las palabras adecuadas, y finalmente habló.

—He estado pensando mucho en lo que dijiste antes, sobre no dejar que esta competencia arruine una posible amistad. Y, bueno, quería decirte que siento lo mismo. Desde que te conocí, he sentido una conexión especial contigo, algo que no había sentido antes— confesó, mirándome a los ojos.

Sentí mi corazón acelerarse. Las palabras de Plex resonaban con mis propios sentimientos. —Plex, yo también he sentido lo mismo. Desde el primer momento, supe que había algo especial entre nosotros— admití.

Nos miramos en silencio, ambos conscientes de lo que estaba a punto de suceder. Lentamente, Plex se inclinó hacia mí y, sin dudarlo más, cerré la distancia entre nosotros. Nuestros labios se encontraron en un beso suave y tierno, un beso que confirmó todo lo que habíamos sentido.

El beso fue breve pero lleno de significado. Cuando nos separamos, nos quedamos mirándonos, con sonrisas tímidas pero satisfechas en nuestros rostros.

—Bueno, eso fue inesperado, pero definitivamente agradable— dijo Plex, riendo suavemente.

—Sí, lo fue— respondí, sintiéndome más feliz y aliviado de lo que había estado en mucho tiempo.

Esa noche, regresé a mi habitación sintiéndome más tranquilo y optimista. Sabía que la pelea sería dura, pero al menos no tendría que enfrentarla con resentimiento hacia Plex. En lugar de eso, podría enfocarme en disfrutar la experiencia y dar lo mejor de mí.








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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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