Ella no recuerda. Ella quiere recordar, pero no puede.
Ella sabe. No sabe por cuenta propia, sabe porque lo lee en su libreta.
Ella sabe. No debe estar viva, ella es antinatural, la directora de la funeraria se encarga de recordárselo constantemente en medio de sus persecuciones antes de que el doctor o el amable señor que siempre está con ella la ayuden.
Ella sabe. Ella se aferra a su pequeña y efímera vida, recordada por ligeros y torpes trazos de su libreta. No hay que culparla, al fin y al cabo es una niña. Una niña cuyas manos agarran firmemente aquella raíz que sobresale por la ladera de la montaña. Porqué está ahí, en esa situación se pregunta en primer lugar. Gira su cabeza en todas direcciones y lo ve, a unos centímetros de ella está la razón por la que terminó en este lío.
Una campanita de cristal.
No entiende cómo, ni porqué, pero siempre ha tenido una extraña fascinación por esa maravilla de Liyue. Si tuviera la capacidad de recordar, recordaría que aquella flor en su efímera belleza se asemeja a los fragmentos de su vida. Estira su pequeña mano para acortar la distancia entre ella y la flor. Nada. Una vez más. Nada. Otra vez. Nada, escucha un crujido, ¿debe preocuparse? De nuevo. El crujido vuelve. Otra vez. La tiene.
La raíz termina de romperse por completo y aunque ahora se aferra a la flor no es capaz de aguantar su peso, el tallo se rompe y siente el aire golpeando su cuerpo en caída libre.
Abraza la flor con ternura, protegiéndola cuidadosamente. No le gustaría que le pasará nada grave. Ella sabe que puede morir, pero ¿Realmente alguien muerto puede volver a morir? Pronto lo descubrirá sin ser consciente de ello y por supuesto no lo recordará.
El aire a su alrededor cambia, ya no arremete con fuerza. Siente una suave brisa que la arrulla entre sus brazos. Hablando de brazos, la caída se detuvo de repente y juró sentir unos brazos rodeándola. Su cabeza se mueve ligeramente, entre cierra los ojos en un intento de reconocer la figura antes de volver a abrirlos con sorpresa. Es un rostro bastante familiar, lo reconoce, pero no lo recuerda.
- No deberías estar aquí.
Se cohíbe por sus palabras, sintiéndose encoger en sus brazos, esos brazos que nunca la sueltan.
- Qiqi... Qiqi, lo siente.
Abraza con insistencia su campanita, quiere creer de alguna manera que es de esa misma forma que él la sostiene a ella mientras se desplaza de forma tradicional, a pie.
- Hay demasiado viento hoy.
- Qiqi puede salir volando -él tararea y afirma con la cabeza.
- Te llevaré a la farmacia.
-Gracias... -frunce el ceño ligeramente en su intento por recordar, ella realmente se esfuerza. Siente que pasan años por detrás cuando a su mente llega el nombre de aquel artefacto antiguo- Xiao.
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Relatos Teyvat
FanfictionSuelo escribir varias ideas de escenarios que ocurren entre los personajes de Genshin, por recomendación de una amiga he creado este libro para recopilarlos. ➤┊Genshin Impact y sus personajes no me pertenecen. ➤┊Créditos al autor de la imagen en p...