°》dinner and fantasy《°

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Era media tarde, mirando fijamente en un punto perdido, sin nada que hacer más que pasear por las calles calidas de Fontaine, sin nada más que pensar en su querida y hermosisima amiga clorinde, esa chica fría, de cabello y ojos violetas que tanto amaba y no sacaba de su mente...

-ugh, no puedo más, debería regresar a casa- Navia estaba cansada y desanimada, dispuesta a regresar a su vivienda ocurre algo inesperado que la sobresalta y la detiene.

-¿Qué haces por aquí?- Clorinde había ha parecido de manera espontánea, tocando el hombro de navia.

-Ah!, ¿C-clorinde?- Voltea aterrada, sus miradas se cruzan y navia no puede hacer nada más que perderse en el hermoso color de sus ojos, sonrojandose en el procesó, sin dar respuesta alguna.

-No respondiste mi pregunta, sabes que no puedes andar sola por ahí sin tus guardaespaldas, podría pasarte cualquier cosa, llamas demasiado la antecion-Fruncio el seño, al mirar el rostro sonrojado de navia y su repentino nerviosismo, decidió retirar su mano mientras suelta un suspiro -olvidalo, ¿te párese si vamos a comer?

Navia sale del pequeño trance, se relaja un momento, respira hondo y habla con entusiasmo - Claroo!, yo te sigo clorinde.

....

Cuando llegaron al restaurante, navia no podía evitar sentirse nerviosa, estaba bastante inquieta en su asiento, se sentía incomoda, el entorno era espeso y clorinde no había soltado ni una sola palabra desde su llegada, incomodo sin duda, la tensión se rompió cuando llegó la mesera irrumpiendo el silencio.

-Buenas tardes, ¿ya tienen listo que pedirán?

Clorinde se decide a hablar- um.., solo pediré un tazón de ciruelas, ¿que pedirás tu navia?- y ahí esta, la hermosa y fría voz que le herizaba la piel, que tanto anhelaba escuchar, mencionando su nombre de una manera que no podía dejar de sobre-imaginar, era tan enfermiza, pero no lo podía evitar.

-A-ammm.., un sándwich esta bien- clorinde la voltea a ver y no puede evitar sentirse inquieta cada que esos ojos la miraban, se sentía expuesta, como si cada sucio pensamiento estuviera al aire ahora mismo, un pequeño sonrrojo se elevaba por su cuello hasta sus orejas, intentando calmar el repentino calor, evita la mirada viendo a la mesera dejar de terminar su orden.

-Muy bien, en unos segundos se lo traemos-la mesera se retira del lugar dejándolas solas de nuevo en silencio.

-Me dirás de una vez que hacías afuera tan tarde y sin guardaespaldas- clorinde irrumpe, trayendo la visión de navia directo a sus ojos de nuevo.

-Solo salia a pensar, últimamente he tenido unas cosas en mente que no he podido sacar, solo quería despejarme un rato- habla con la mayor sinceridad posible y claro, tenía cosas en mente, pero cada pensamiento implicaba a su querida amiga, en nada sano.

-um, ya veo-clorinde arquea una ceja, su mirada no se despegaba en ningún segundo y cada minuto más elevaba su nervioso notorio, para su buena suerte, volvió la masera trayendo sus platillos, eliminando así cualquier tensión posible, navia en mente agradecía a los mil arcontes y decidiendose a comer.

Clorinde vuelve a hablar - Se puede saber que te ha traído tan pensativa últimamente navia. -sin elevar la mirada clorinde sigue consumiendo su platillo, llamando la atención de navia.

Navia no pudo evitar observar los movimientos de clorinde, mirando sus manos, notó los dedos delicadamente largos, que no podía dejar de imaginar recorriendo cada parte de su cuerpo, tenía el enorme impulso por entrelazar los dedos con los suyos, un simple agarre que deseaba tanto, sus ojos se fijan en las yemas de los dedos y en la manera que agarra la fruta, para su vista, tal vez las manos más bonitas que haya en la vida, observa como las puntas de los dedos agarraban la ciruela colocandola en su boca, que también era bastante encantadora, al punto de hacerla fantasear, mordiendo la ciruela, cuyo jugo se derramaba por las puntas de los dedos, y dios, navia sentía en esos momentos algo que nunca había logrado sentir como hasta ahora.

Anhelo, deseo...

No lograba entender, había visto a clorinde comer tantas veces, demasidas, pero esta vez se sentía diferente, única, no podía explicar de manera racional la forma en la que se le apretaba el estómago y las extrañas sensaciones que sentía cuando miraba a clorinde lamer los restos de comida, la forma en que sentía su propio corazón oprimiendose y latiendo en su pecho de manera feroz, cuando había usado sus largos dedos para quitarse el líquido de la comisura de la boca o la forma en que realmente lo había sentido entre sus piernas el toque cuando Clorinde había rozado esos mismos dedos en sus labios para lamer el líquido que había sacado cuidadosamente de sus labios.

Juraba que lo sentía tan plenamente entre su cuerpo.

Sus pensamientos eran inevitables, y hasta este punto lo único que quería era acabar con esta absurda cena, que la llenaba de pensamientos impuros.

Para su buena suerte, la mayor parte de la cena se la pasaron tranquilas y relajadas, con platicas vagas y una navia intentando luchar contra sus pensamientos fantaseosos.

Al final del día pareció haber sido una buena idea para navia salir a pasear.
.....

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⏰ Última actualización: Jul 19 ⏰

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Pasión Desenfrenada | Clorinde x NaviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora