Capitulo 1

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Era diciembre, el invierno estaba empezando, llenando los bellos montes de su helada manta blanca, Quan durian estaba jugando con sus hermanos menores, cosa a la cuál su padre no le gustaba del todo, el siempre le tenía que repetir las mismas palabras, con ese tono enojado "Eso no es digno de una mujer, eres una princesa, no un hombre" cosa de la cual Durian estaba harta.

Durian tomo una espada de madera y la dirigió a su hermano menor -¡Hasta aquí llegó soldado! ¡Nadie podrá quitarnos la corona!- dijo entre risas.

Quan ming miro a su hermana con un brillo en los ojos -¡Usted no podrá contra mi! ¡Y mis 3 soldados más fuertes, somos invencibles!- dijo mientras alzaba su espada en el aire y empezaba a "pelear" contra Durian.

Quan qiang miro a sus dos hermanos peleando, el aprovecho la distracción del "soldado" Durian, para atacarla por la espalda -Este es tu fin, por quitar tantas vidas, yo te arrebatare la tuya- miro a su hermano menor Quan Haoyu, el cuál avanzaba hacia la corona.

Haoyu por fin llegó a la corona, la quito de su soporte y grito -¡Soldado Durian! ¡Ya cuento con la corona en manos! ¡Ataque!- con una gran sonrisa en la cara le lanzo otra espada a su hermana.

Ming sorprendido intento agarrar la espada, pero ya era demasiado tarde, Durian ya la tenía en manos -Te maldigo traidor, eso no se le hace a tu general- tan pronto como maldijo a su pequeño hermano sintió un fuerte golpe en la cabeza.

-¡Tienes 12 años, no se te ocurra volver a maldecir!- dijo Durian mientras le seguía pegando a su hermano.

-¡Ya entendí! No me pegues más- dijo con lágrimas deslizándose por sus mejillas.

Durian dejó de golpearlo, lo abrazo y le empezó a hacer mimos en la cabeza -Lo siento, pero te lo merecías, no tienes ningún derecho para maldecir a nuestro hermano, incluso en juegos-.

-No lo volveré a hacer, lo prometo- dijo mientras hacía un bello puchero con su labios y correspondía el abrazo a su hermana.

-Haoyu, eso fue trampa- mencionó Qiang entre cruzando sus brazos.

-Perdi una apuesta con Durian, por eso la ayude- dijo rodando los ojos.

Se sintieron los pasos de una mujer, pero, no de cualquier mujer, de la reina.

-Tu señorita, tienes muchas agallas al desobedecer a tu padre, y a parte de jugar con espadas a los soldados, apostaste con tu hermano, eso no es digno de alguien de la realeza y mucho menos de una princesa-.

-Esta bien mamá, no lo volveré a hacer-.

-Lo mismo dijiste las 10 veces pasadas, y nos sigues desobedeciendo, tu padre ya está hasta considerando quitarte tu puesto en esta familia- dijo mientras se acercaba a Durian.

-Mamá, ni que fuéramos la familia imperial como para exagerar tanto con los puestos en este tipo de estatus, a parte, ni que me fuera a convertir en reina ya que mi hermano mayor es el heredero y yo soy mujer-.

-Tienes que conseguir un matrimonio donde te conviertas en reina, pero, siendo la salvaje que eres jamás llegarás a conseguir un esposo- mencionó mientras se acercaba todavía más a Durian.

-¡Yo no quiero casarme! No necesito a un maldito hombre a mi lad- no pudo seguir hablando debido a la cachetada que recibió por parte de su madre.

-¡Vez lo que me haces hacer niña insolente, golpear no es digno de una reina, pero tú, siempre, siempre, me sacas de mis casillas, ya no se que hacer contigo, eres un maldito desastre, yo y tu padre nunca quisimos a una mujer, solo te cuidamos porque nos obligaron!-.

Durian salió corriendo del salón con lágrimas cayendo de las comisuras de sus ojos.

-Madre, no tuviste que tratarla así, también es tu hija, que sea mujer, no es su culpa, y que haya crecido con hombres a su alrededor tampoco lo es, tu y padre no le dieron la educación de una dama, como quieren que sea una, si solo ha aprendido por actitudes de hombres, por favor no la vuelvas a golpear-.

-Hijo tu tampoco tienes derecho de hablarme asi-.

-Lo tengo, después de cuentas, papá morirá pronto y yo soy el heredero, el futuro rey, que seas mi madre no significa nada, tu mejor que nadie sabes que haré lo que sea por proteger a mi hermana-.

-¡Bowen si viniste!- dijo Qiang con una de las más bellas sonrisas al ver a su hermano mayor-.

-Claro pequeño, cualquier cosa por verlos jugar, aunque llegué un poco tarde- dijo devolviéndole la sonría a su hermano.

-Mejor vayamos a buscar a nuestra hermana, se fue llorando, no me gusta verla llorar- Haoyu se acercó a la puerta.

-A ninguno de nosotros 4 nos gusta verla llorar, vengan, vamos a buscar a nuestra hermana-.

-¡Yo le traeré unos duraznos ya que son sus favoritos- mencionó ming mientras iba corriendo a la cocina.

                     Un rato después

-Muchas gracias por los duraznos- dijo con la boca llena de pequeños trozos de duraznos-.

-Lo que sea por ti hermana-.

-Durian, no dejes que mamá te vuelva a golpear o a gritar, recuerda que yo te cuido y pronto seré el rey, tienes que decirle eso, así se quedara callada-.

-No tienes que cuidarme, ya no tengo 8 como para que me cuides, se cuidarme sola-.

-Hace por lo menos 20 minutos estabas llorando porque mamá te pego, no impediste que te golpeara, eso no es cuidarte a ti misma- dijo mientras la abrazaba.

Frunció el ceño -Cállate, eso fue una actuación, soy muy buena actriz-.

-Tan buena que hasta los mocos se te salieron- dijo bowen entre risas.

-¡Esa no es manera de hablarle a una dama!- dijo mientras ponía el dorso de su mano contra su cabeza, haciendo la tipica pose de la princesa en apuros.

-¿Tu desde cuándo eres una dama?- mencionó ming mientras le robaba un durazno.

-Tu también cállate-.

Los hermanos se la pasaron toda la tarde riendo, comiendo y jugando.

La princesa ensangrentada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora