Sin Límites +18

Capítulo 1

-¿Estás segura?- 

-¿Por qué no lo estaría?- 

-Hanna te vas a meter en problemas con tu papá si vuelves a tocar un auto-

-No se van a enterar, si tú no abres tu bocotá te aseguro que esto quedara entre nosotros-

-Aparte, Cass, Hanna es la única que ha podido ganarle a Heist-

-Lo sé, pero no es lo  correcto

-Cass, tu tranquila, yo preocupada-

-"Es hora que los corredores lleven sus autos a la línea de salida"-

-Hablamos cuando le gane a ese bastardo-

Empecé a manejar el auto hasta la línea de salida mientras escuchaba los gritos de las personas apoyando la carrera, Heist era uno de los enemigos del clan, mi hermanastro creo el clan, era el jefe, su clan tiene la mayor parte del control de la ciudad, desde pequeña él me traía a verlo correr, también me ha enseñado a driftear y a correr, desde ahí fui creando mi pasión por los autos y las carreras; sin embargo, mi padre descubrió que Alex hacía carreras clandestinas por una redada de la policial, mi papá lo saco del país a un internado, he tenido numerables problemas por los autos, pero a no ser su hija biológica, mi mamá prohíbe que me saque el país, aparte, el otro mes cumpliré la mayoría de edad, probablemente podre centrarme al 100% en esto

-Buena suerte- grito Heist desde su auto con su sonrisa maldadosa

-La surte para los perdedores y tramposos, sabes que no hablas con una de tu tipo-

su sonrisa se desvaneció y tensó su mandíbula mientras miraba la pista  

-¿Están listos jugadores?- Grito una mujer que se encontraba en la mitad de la pista

se escuchaban los rugidos por parte de ambos autos, la gente gritaba con pasión, dentro de la gente veía la cara de Cass llena de preocupación, cuando escuche el sonido del disparo, pise el acelerador, sentí la potencia del motor empujándome hacia adelante mientras la primera curva se acercaba rápidamente. Tomé aire y giré el volante con firmeza, sintiendo cómo el coche respondía a mis movimientos. La adrenalina me invadía mientras navegaba la curva, el roce de los neumáticos contra el asfalto era música para mis oídos.

Cada vuelta era un desafío, y cada curva me exigía un poco más de mí. La sensación de control era intoxicante; el viento en mi cabello, el zumbido de los motores a mi alrededor. Mi mente estaba enfocada, pero también había algo más. Un ligero escalofrío recorrió mi espalda cuando vi las luces intermitentes de la policía en la distancia. Sabía que no podía dejar que eso me distrajera.

A medida que avanzaba, la competencia se intensificaba. Cada miento adelantado era un juego arriesgado. En la penúltima curva, decidí darlo todo y pisé a fondo el acelerador. La línea de meta estaba a la vista, pero el coche de Heist me superó en un instante de distracción. Perdí el control, el coche se desvió, veía como todos los carros empezaban a dejar el lugar de manera rápida, como corrían las personas a ingresar a su auto empezando des acelerar, sentí como la vista se me nublo por las lágrimas de ira, cuando recuperé la visión, el caos se desvaneció, pero las sirenas me sacaron de mi confusión. La policía había llegado, y ya no había forma de escapar. Mis sueños de victoria se desmoronaban mientras los agentes se acercaban al auto, mientras mi mirada se quedaba fija en un vacío.

-Señorita, papeles y salga de su auto con las manos arriba-

Ya no había salida y si lo intentaba las cosas empeorarían, tenía que aceptar que había perdido, perdido la poca libertad que tenía y el auto de mi hermanastro que tanto me había pedido cuidar

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