Me lo paró, el taxi

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ando medio triste por Checo, pero never give up dijo el patrón

mi manera de sentirme mejor es leyendo algo chestappen bien puerco.

saqué la idea del grupo de las tilapias en fb, de hecho, ofrecí checo pesos a quien lo hiciera y nadie lo hizo😭, así que me tuve que poner a chambear yo.

advertencia de contenido: sexo semipúblico

que lo disfruten. 🤍

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Era un lunes a plenas ocho de la mañana y Max ya se encontraba enfadado.

Tenía una junta en el prestigioso bufete de abogados donde era socio, no era de asistencia obligatoria para él, pero como el controlador obsesivo que era, quería estar presente.

Decidió vestir bastante casual, por lo que terminó de colocarse su camiseta blanca de algodón y sus apretados jeans, sin embargo, por la prisa de saber que llegaría por lo menos 20 minutos tarde, olvidó por completo su billetera.

Salió de su casa ubicada en Olney, aproximadamente a una hora de Milton Keynes, era una pequeña ciudad con un par de kilómetros entre cada casa, a Max le gustaba la privacidad.

Su casa se encontraba rodeada de vegetación a los lados, al frente lo saludaba la vista de un frondoso llano repleto de árboles.

La suerte volvió a sonreírle cuando al llegar al camino, observó que un taxi color negro venía en el camino. Rápidamente levantó su brazo para detenerlo.

En su afán de llegar a tiempo no notó que ese taxi era diferente a los demás, pues la parte de atrás era más amplia.

El rubio subió a la parte de atrás en cuanto el vehículo se detuvo, al cerrar la puerta apenas se percató del amplio espacio entre los asientos de atrás y los de adelante.

Encogiéndose de hombros, pues lo que le importaba era llegar a tiempo, se dirigió al conductor.

Y oh, Dios, Max sabía apreciar la belleza masculina cuando la veía, y ciertamente el conductor era guapo.

Vestido con una camisa blanca manga larga, cabello castaño oscuro, con unos rizos que caían por su frente, un perfilado rostro lleno de pecas, unos ojos cafés, una espesa barba que enmarcaba una coqueta sonrisa de ensueño mientras lo saludaba —Buenas tardes— con un acento que el rubio no reconoció de dónde era. Le calculaba unos 30 años, casualmente, su tipo de hombre.

Max tragó saliva —Buenas tardes— respondió.

—¿Hacia dónde, güerito?— preguntó mientras lo veía a través del espejo retrovisor.

Max se sonrojó ante el español y la mirada, tosió para quitar su nerviosismo. —Hacia Milton Keynes, por favor—

—En camino— dijo sonriendo.

Cuando el coche comenzó a moverse, Max tomó su celular en un intento de dejar de mirar fijamente al guapo conductor.

—¿No te molesta si hablamos? Podría amenizar el viaje— sugirió el castaño.

Y a pesar de que a Max le desagradaba cuando gente desconocida le hablaba, Max aceptó. —No, está bien.

—Puedes llamarme Checo— mencionó mientras le guiñaba el ojo.

El abogado se sonrojó y respondió —Soy Max—

La conversación fluyó sin problemas. Max, vagamente le explicó que era abogado y se dirigía tarde a una junta de su trabajo, pero que por suerte había logrado conseguir el viaje tan pronto salió a la calle.

Taxi equivocado, güerito | Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora