Capitulo 4

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El departamento de Cheng era del tamaño perfecto, con una gran pantalla, consolas de videojuegos y todos los accesorios, los sofás de la sala eran muy juveniles con un color menta y un gran puff que estaba acomodado para jugar en este, Dre dudaba que el asiático usase la pantalla para ver televisión, seguro solo la prendía para jugar.

El comedor era cuadrado de tamaño mediano pero sólo tenía dos sillas, y también se veía muy juvenil, tenía cocina integral, y desde donde el moreno estaba, solo podía ver tres puertas, supuso que una para el baño y otra para la habitación ¿La tercera? ¿un estudio quizá?

El departamento era más grande que el de Dre y estaba relativamente ordenado, pero el de trenzas sospechaba que era debido a que el asiático casi no estaba en su departamento y no porque limpiase, la prueba estaba en todos los juegos desordenados, los controles tirados y un poco de polvo acumulado.

—Ven, date un baño, buscaré una pijama para ti.—Cheng siguió jalando a Dre, ahora hacia el baño.

El moreno entró y comenzó a quitarse la ropa húmeda, la dejó en el suelo amontonada, inesperadamente el asiático abrió la puerta provocando que Dre saltara en sorpresa, afortunadamente aún tenía puesto el bóxer.

—Aquí están las toallas y la ropa—dejó dichos objetos encima del lavadero—date prisa porque también me quiero bañar.

—Cheng...

—Ahhh, no digas nada, no me bañaré contigo, terminará en algo más y estoy enojado contigo por tratarme de ese modo. Dame tu ropa, la meteré a lavar—dijo mientras recogía la ropa mojada del suelo, ahí estaba la ropa ¿Qué más quería? Dre supo la respuesta cuando Cheng lo esperó mirando hacia abajo.

Ok, no habría nada de malo desnudarse frente a un hombre, pero el moreno era gay, aunque al parecer el asiático también y había pasado algo más entre ellos, o bueno al menos entre este Cheng y el Dre que encontró en su edificio.

—Espera...—el pelinegro se acercó aún mirando hacia la parte baja del de trenzas —¿qué es esto?

Señaló a su abdomen, un moretón redondo.

—¿Es una mordida? Yo...yo no hice eso

Mierda

Si

Definitivamente esa era una mordida, Meiying se la había hecho. ¿Y ahora qué?

¿Qué debería hacer?

Podría lastimar al asiático y librarse de él, pero no quería romper con la paz ni con lo que sea que este Cheng y el otro Dre tenían aquí, además desde que lo vio, éste había sido demasiado dulce, a pesar de su lapso iracundo, el de trenzas no quería lastimarlo, si fuese el otro Cheng, tal vez si. En adición a eso, Dre necesitaba un lugar donde dormir.

—No... yo... —Dre miró su abdomen, el cual se contrajo por los dedos del pelinegro, pero el de trenzas no podía saber si era por los dedos fríos o la incomodidad del contacto— hace unas horas ayudé a una chica con los escombros de su casa a buscar a un niño, quizá fue eso.

—Oh...—la voz de Cheng fue ronca pero casi inaudible—bien, dame tu ropa.

Y Dre obedeció, si se negaba, este chico podría sospechar algo más. ¿el otro Dre no tenía algún tatuaje o marca que lo delataría? Esperaba que no.

Era extraño estar desnudo frente al asiático a solas, en las duchas de la escuela nunca se veían, entrenaban en días diferentes, y usaban las duchas en días distintos.

Cheng con toda la familiaridad y tranquilidad tomó el bóxer y salió del baño.

¿Es aquí donde debe despertar?

No.

Quizá si dormía despertaría, se consoló a sí mismo mientras ya con ropa seca, cómoda y un poco holgada se recostaba en la sala. Bobby se hizo bolita bajo el sofá, Dre colgó su brazo para acariciar a su cachorro y tranquilizarlo.

Debería dormir y quizá despertaría en el hospital, justo como su película favorita inception, quizá se golpeó la cabeza en el terremoto y estaba viviendo una fantasía en su coma; aunque no entendía porqué su subconsciente crearía un mundo con él y Cheng siendo... lo que sea.

Estaba seguro que no eran amigos con derechos, de otra forma no lo hubiese llamado 'amor', ni se hubiese puesto celoso cuando vio la mordida en su abdomen, ¿estaban comprometidos? No, el asiático no tenía anillo y hasta ahora no le había reclamado a él por un anillo que no usase, lo más lógico y probable es que eran novios, pero Dre no podía adivinar por cuánto tiempo o qué tan serio era.

Sea lo que sea desaparecerá cuando despierte.

—¿Dormirás ahí?— El asiático salió de bañarse, se veía muy atractivo con el cabello húmedo acomodado hacia atrás, su rostro fresco y relajado, una pijama de short que dejaba ver sus piernas.

<<Santa mie... >>Dre tragó saliva.

Independientemente de llevarse mal, el moreno siempre tuvo que admitir que el asiático era guapo, pero nunca lo había atraído como ahora. Con la frente descubierta sus cejas eran visibles y le daba una imagen muy varonil y más maduro.

—C... creí que no querrías dormir conmigo porque estabas enojado—Dre de nuevo mintió, agradecía la forma rápida de trabajar de su cerebro

—Tonto... —Cheng sonrió y se acercó a él en el sofá—aún si estoy enojado contigo, me siento dichoso si dormimos juntos—acarició con cariño el cabello de Dre y se agachó para besar su frente—anda... vamos a la cama.

—Pe... pero Bobby

El de trenzas se odiaba, sabía que si el otro Cheng se enteraba de que estuvo como idiota tartamudeando frente a este sería material de bullying por semanas... tal vez meses.

—Creo que Bobby se sentirá abandonado durmiendo solo en un lugar desconocido—Dre se justificó—y no recomiendo que duerma con nosotros.

—Bien, te traeré cobijas

El pelinegro suspiró arrastrando los pies y regresó poco tiempo después con lo prometido.

—buenas noches Park... —quería añadir algo más, el moreno lo notó, pero estaba inseguro, quizá fue por su estúpido desliz cuando le dijo que no lo llamase por su apellido y cuando despreció que lo llamase amor, entonces no sabía cómo dirigirse a él.

Cheng dejó su discurso incompleto, y se acercó lentamente a Dre, le dio un suave e inocente beso en los labios, uno que hizo sentir al moreno un hueco en su pecho y por la sorpresa se quedó inmóvil.

Estaba celoso de su otro yo, él si tenía a alguien que lo cuidase de este modo, alguien que lo trataba con dulzura, que comprendía y aguantaba su mal humor, alguien que lo miraba con esos ojos brillantes, los cuales nunca había visto en el otro Cheng.

—Buenas noches Cheng—¿eso estaba bien? ¿El otro Dre no tenía un apodo hacia este tipo?

El asiático sonrió, a pesar de que la sonrisa llegó a sus ojos, no era una sonrisa alegre, desafortunadamente a costa de sus intentos, si logró lastimarlo. El de trenzas se sentía como una mierda.

Necesitaba despertar ya.

















🍓Actulize dos historias hoy, tengo sueño.

Byeee gracias por leer 💖💖

HEARTBEAT (ChengxDre) ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora