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Esa reunión del consejo había sido tediosa y exasperante, los lores de su bando se atrevieron a cuestionar las acciones de su nieta, Baela siguió las órdenes de la reina e incluso se arriesgo demás y aún así la vieron con malos ojos en el consejo, estaba furiosa.

Esa furia se convirtió en una enorme preocupación, su nieta se había encontrado muy de cerca con el enemigo.

Ellos estaban en desventaja ¿pero y si no lo hubieran estado? ¿Si hubieran estado armados con arcos y flechas o con escorpiones? O peor aún ¿si se hubiera encontrado con algún dragon del bando enemigo? Siendo más especifica con Vhagar. Moondancer era apenas más grande que un caballo y si viene cierto es más rápida que la vieja dragona, su Baela es aún una jinete inexperta y con el temperamento de su padre no duda que se defendería si Aemond o cualquier otro la atacara, el solo imaginarse a su nieta compartiendo el destino de Lucerys le estrujaba el corazón.

Lucerys, a pesar de la verdad sobre quien era el padre de los niños de cabello castaño no podía evitar amarlos, se lamentaba profundamente por lo que habían sufrido los dos mayores por tantos años bajo el escrutinio de las víboras en la fortaleza roja y desearía haber hecho más para que su hijo cumpliera su deber como esposo con Rhaenyra. Tanto Corlys como ella sabían de la naturaleza de Laenor, sin embargo a su esposo lo cegaba la ambición por tener a su sangre en el trono de hierro y los condenó a ese matrimonio.

Cuando Laenor les contó la verdad acerca de sus hijos, Corlys no se lo tomó para nada bien; dioses estaba furioso con su hijo y de no ser por ella las cosas hubieran escalado hasta las manos. Esa fue la primera vez que vio a Laenor alzarle la voz a su padre, y fue en ese momento que ambos se dieron cuenta de que a pesar de que los niños no fueran de su semilla, Laenor era su padre y nada podría cambiar eso.

Con el tiempo Corlys fue cediendo ante los niños, abrio su corazón y los aceptó, al igual que ella.

Jace era un nieto maravilloso; era amable, educado, inteligente y muy amoroso con los suyos. Desde temprana edad demostraba sus dotes de líder, era el heredero al trono en toda regla.

Joffrey por el contrario era más temperamental, no tenía la serenidad de su hermano mayor pero si su astucia, el pequeño tenía un espíritu salvaje y aventurero que le hacía recordar mucho a sus hijos, sobretodo a Laena.

Y luego estaba Luke, con el sus sentimientos eran complicados, el niño era un poco de sus dos hermanos; Era sereno y gentil pero también podía llegar a ser temperamental; podía ser muy perspicaz pero también ingenuo y de buen corazón, le recordaba mucho a Laenor y también a su prima Aemma.

Lo amaba, seria una mentirosa si dijera lo contrario pero la muerte de Laena había dejado vulnerables a sus nietas, pues Daemon lidiaba con su duelo como casi todos los hombres lo hacían, alejándose y desquitándose con cualquiera.

La muerte de Laenor fue un punto de quiebre para ella, fue ahí en donde comenzó a temer demasiado por sus preciadas nietas y las priorizo por sobre sus nietos.

Los chicos tenían a una madre amorosa y presente que constantemente velaba por ellos, sabía que estarían bien, Daemon era un padre protector pero aun ausente en su dolor y no tenía la gentileza de una madre, por lo tanto ella debía hacerse cargo. Al tomar casi el rol de una madre le preocupó demasiado el futuro de sus niñas.

Ellas no heredarán mucho

Se dijo a sí misma y comenzó a comparar. Y al comenzar a comparar un sentimiento de injusticia se sembró en ella, dicho sentimiento creció con el compromiso de Rhaenyra y Daemon.

Probablemente era su enojo con Rhaenyra ante la sospecha de que algo le ocultaba con respecto a Laenor lo que la hizo cuestionarse si Lucerys era un buen heredero para Driftmark, el pequeño se había vuelto un tanto inseguro y temeroso después de aquella noche en Driftmark, mientras tanto sus nietas se habían fortalecido. Aprendieron de su mano todo lo que un buen líder debe saber para gobernar, las veía y no podía evitar ver a Laena.

Fueron todas esas emociones la que la distanciaron de los chicos, especialmente de Lucerys quien ante ella impedía que sus nietas heredarán lo que les correspondía, lo que le correspondía a Laena.

Y entendió que era su dolor y su miedo actuando. No había podido llorar a sus dos hijos adecuadamente, todo pasó tan rápido y se resintió con quienes no lo merecían, esos chicos, sus nietos; a quienes Laenor amaba con su alma no tenían la culpa, Lucerys no tenía la culpa. Era solo un niño gentil y asustado, atrapado en una pelea de adultos, de seguro había cargado con una gran culpa por haber lastimado a su tío. probablemente la culpa lo había carcomido hasta el punto de quitarle seguridad en sí mismo

De seguro Laenor estaría muy dolido con ella si supiera que le dio la espalda a sus hijos, que no hizo justicia por la muerte de su amado hijo, su perla de mar.

Una lágrima se deslizó por su mejilla, una lágrima que pensó que ya no tenía después de tanto llorar por seres queridos perdidos.

Entonces tomó una decisión, no volvería a llorar por seres amados muertos, no perdería a nadie más de su familia, protegería a todos sus nietos y haría justicia por lo que había perdido













Capitulo largo, lo se, pero quería que la reina que nunca fue, tuviera una buena reflexión. Rhaenys no tuvo tiempo suficiente para llorar a sus hijos :"

Ella no es alguien impulsiva pero tampoco se deja pisotear, es un dragón después de todo

Espero que les haya gustado <3

End a war before it beginsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora