Capitulo 2

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Tengo miedo, no se lo que esta sucediendo. Lo único que puedo hacer es esperar. Trato de salir sin hacer ruido, cierro la puerta muy despacio y veo a mi madre sentada con Leila en una mesa no muy lejos de donde estoy.
- ¿En dónde estabas? - dijo mi madre; suena preocupada, debí de avisarle.
- Estaba... - <<¡Piensa algo!>> - Estaba en el baño.
- Que bueno que haz llegado, yo también tengo que ir.
Se levanta, le susurra algo a mi hermana en el oído y se dirige a los baños. Mi madre es muy bonita y joven aunque no es tan alta como yo; mi estatura siempre ha sido un problema,ya que tengo 15 años y soy la más alta de mi escuela. Hay muchas niñas a las que les encantaría ser tan alta como yo, no soportarían ni un día con mi altura.
Mi madre tardo casi veinte minutos en el baño, "habían muchas personas" fue lo único que nos comenta. Se sienta alado de Leila, noto que esta casi dormida. Quiero preguntar lo que esta pasando pero creo que no es el momento ni el lugar apropiado.
Busco entre todas las personas para identificar a alguien conocido. Quizá hay más de mil personas, hay mucho ruido; rizas y gritos es lo que más logró escuchar; el ruido me esta dejando sorda. << Busca, busca, busca>>. En la esquina, esta Abby, sentí una alivio al verla. Le pido permiso a mi madre para ir con ella. (Mi madre siempre ha sido muy protectora, demasiado; mientras mis amigos salían yo me quedaba en casa; dice que pueden robarme, matarme o secuestrarme. Ya saben cosas de madres muy apegadas a sus hijos, pero ella aveces sobré pasa los límites.)
Corro hacia donde se encuentra Abby con una sonrisa de oreja a oreja. Ella tiene mi edad, vamos en la misma escuela. Tiende a ser muy extrovertida y es muy inteligente. Es morena; tiene miopía y astigmatismo, por lo tanto usa lentes desde que la conozco. Es casi una cabeza más bajita que yo, es robusta y tiene los senos mucho más desarrollados de que yo; mucho, mucho, mucho más.
Esta sentada en una mesa que esta al fondo, en la esquina; tres personas la acompañan pero no logró identificarlas.
- ¡Abby! - le toco en hombro con las punta de los dedos.
- Renata, ¿qué haces aquí?.
- Lo mismo me pregunto yo; casi toda la ciudad está aquí, no se lo que esta pasando.
Supongo que las dos estamos pasando por lo mismo; no tenemos ni la menor idea de lo que ocurre, pero ambas estamos asustadas. Su rostro refleja tristeza, quiere llorar. Me siento junto a ella y la abrazo con mucha fuerza.
-Tranquila, me siento igual que tu, no se lo que sucede. Vamos a estar bien.
Comienza a llorar y trato de consolarla; quiero llorar, no puedo llorar, no puedo; tengo que ser fuerte.
-Tengo miedo, mucho miedo.
-Debes tranquilizarte, aquí estamos a salvo de lo que sea que esté pasando. Estoy contigo.
Logro tranquilizarla y para distraerla, hablamos por un rato sobre las tareas y cosas sobre la escuela.
Tratamos de localizar a más personas conocidas, pero no logramos identificar a nadie.
Después de un rato me percato de que eh estado aquí mucho tiempo, con Abby. Tengo que ir a buscar a mi familia.

Regreso con mi madre y Leila; mi madre está sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared; Leila descansa en su regazo. Están dormidas. Aún no hay señal de mi padre, empiezo a preocuparme. La mayoría de la gente esta durmiendo. No se qué hacer, iré con mi padre, iré a buscarlo.
Camino hacia la habitación donde lo vi por última vez; doy golpecitos a la puerta. Nada. Espero unos segundo y decido abrir la puerta muy despacio.
El sillón es grande, mi padre esta sentado y lo comparte con tres hombres más; al verlo un escalofrío me recorre el cuerpo, tiene puesta una bata blanca, como todos los demás. Esta muy atentó a lo que esta ocurriendo. Hay una niña sentada en la plancha metálica y el médico con el que mi padre estaba hablando hace unas horas coloca un casco dorado llego de cables en su pequeña cabeza. Le pide a la niña que se acueste; la niña obedece sin hacer ningún reproche. <<¿Un Electroencefalograma? ¿Eso es un Electroencefalograma?>>,No creo. En clase de física escuche que es un examen para medir la actividad eléctrica del cerebro; las células del cerebro se comunican entre sí produciendo pequeñas señales eléctricas llamadas impulsos. ¿De qué se trata todo eso? Aún no entiendo. No soporto más, tengo que hablar con el.
- Padre.
- ¿Qué haces aquí? - dice asustado y se levanté de un brinco.
- Es lo que quiero saber.- mi tono fue algo agresivo para mi gusto.
Los médicos me ven sorprendidos y aún no entiendo por qué. Mi padre asiente con la cabeza, camina hacia donde se encuentra la niña, le pide que vuelva más tarde y señala la mesa haciéndome entender que tengo que sentarme; obedezco. Coloca el casco, sin que darme una indicación o explicación. Me acuesto. Un médico pocos años mas grande que mi padre, se acerca con una jeringa; tiene un líquido teñido de color verde. Mis manos empiezan a sudar, también me tiemblan. Odio las inyecciones. <<Soy valiente, soy valiente>> lo repito varias veces dentro de mi cabeza. Me inyecta en el cuello cerca de mi oreja derecha. Quiero gritar, el dolor se esparce en todo el cuerpo, siento náuseas y me pesan los ojos. Me quedo dormida.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2015 ⏰

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