Cuéntame, Akaza

Mírame Akaza...

La batalla entre la luna superior tres y el pilar de la flama había llegado a su fin, dejando consigo un escenario bastante destruido gracias a los ataques de ambos contrincantes, sin embargo, eso no fue lo peor para los jóvenes que estimaban al hombre de corazón ardiente, sin importar su condición, sin importar sus súplicas y gritos mientras el amanecer se asomaba, Tanjiro no logro detener a aquel sujeto que huia de la luz solar.

El demonio se había llevado al pilar.

Tanjiro en su último recurso había lanzado su katana, logrando atravesar al demonio que ya estaba en una distancia considerable, con suerte logró darle al demonio sin causarle más daño al pilar.

Ante eso Akaza miró con profundo odio al niño detrás de él y sin más siguió su carrera, tratando de ocultarse y llevándose consigo al pilar, hasta perderse en la oscuridad del bosque.

El peli burdeos no pudo contener su ira y frustración que le invadía, dejando caer sus lágrimas al no poder hacer nada para ayudar al pilar que aún seguía con vida, la herida en su estómago le cobró factura al recibir una punzada que lo hizo inclinarse hacia adelante, la falta de sangre en su sistema le mareo y antes de que cayera al suelo fue sostenido por Zenitsu que llegó lo más rápido posible con la caja en su espalda, sostuvo en sus brazos al peli burdeos y lo hizo reposar un momento, a la distancia los kakushis estaban llegando.

Mientras tanto en lo profundo del bosque, Akaza buscaba un lugar seguro donde refugiarse de los rayos solares, agradecía que las copas de los árboles fueran tan frondosos que era posible comprarlos con una manta para los demonios, una vez estuvo al tope del bosque encontró una cabaña, entro con rapidez y delicadeza, después de todo seguía cargando al pilar que estaba al borde de la muerte.

Aunque su cuidado no fue del todo bueno, algunos rayos le dieron en el cuerpo haciendo que algunas partes estuvieran quemadas, luego una punzada en todo su sistema lo hizo detenerse de golpe e inclinarse adelante, por poco y deja caer el cuerpo en sus brazos.

Muzan se dió cuenta de sus acciones.

Akaza dió toda su fuerza de voluntad para no paralizarse y dejar caer la vida que tenía en sus manos, era consciente de que estaba fallando en su misión, traicionando a su amo, en lugar de matar al pilar, lo tenía en sus brazos buscando la manera de cómo salvarlo

Hasta ese punto Akaza estaba de rodillas en el suelo, votando sangre de sus ojos, oidos y boca debido a la gran presión en su cuerpo, aún abrazaba el cuerpo del pilar que yacia entre la agonía y alivio. El de flameante cabellera giro su cansada vista a su contrario, su único ojo bueno contempló con horror como aquel demonio en un segundo estaba botando sangre, las venas remarcadas alrededor de su rostro, cuello y hombros era asombrosamente aterrador y tétrico, parecía que explotaría en cualquier momento.

" Akaza... Qué estás haciendo? "

" Akaza, me estás desobedeciendo? "

" Estás rechazando una orden mía, de tu amo ?! "

El de cabello rosa temblaba de impotencia y miedo al no poder hacer nada, la presión en su cuerpo era extremadamente dolorosa, ni hablar de la constante voz de su amo preguntando y reclamando, era como si una katana estuviera clavada en su zona frontal, como si su cerebro se retorciera y el cráneo se le partiera.

Su sistema clamaba por oxígeno, sus pulmones quedaban sin aire, necesitaba respirar antes de que sus pulmones explotaran o se atragante con la sangre acumulada en su garganta.

Temblando a más no poder, Akaza creyó que se quedaría sin aire y dudaba mucho recuperarse rápido si eso llegase a pasar, de repente sintió una presión en su mejilla, era cálida y áspera, como pudo miro al pilar.