Cada que te extraño, vuelvo a recordarte.
Tengo la sensación de que sigues aquí, pero miro cada rincón del departamento intentándo encontrarte, no estás; nunca estás.
Me recuesto sobre la gran cama en la que solíamos estar, buscando tu cálido cuerpo para abrazarte una vez más.
Siento que podría volverme loco, o quizá ya lo estoy. Nuestro amigos insisten en que debería mudarme incluso ofrecen sus hogares para permanecer algún tiempo ahí pero, no me siento capaz de dejar todo esto atrás, aun no estoy listo.
Maldita nostalgia, que me duele aun a veces, que lastima aun a veces; hoy que ya no estás.
Por qué nadie puede entender que desde que partiste nada está bien, que sigo guardando tus tazas de café y que tus camisas sin mangas permanecen colgadas en el closet de la habitación porque tengo la esperanza de que algún día regreses, me tomes en tus brazos y me digas que todo fue un mal sueño.
Ha pasado un año, mi cuerpo aún te siente y no consigo superarlo. Me marcaste para siempre.
Sólo ha pasado un año desde todo lo que ocurrió, pero para mi han pasado siglos desde la última vez que te vi, no puedo dejar de pensar en todo esto, cada segundo es una tortura para mi; es una verdadera tortura no poder estar a tu lado.
A veces creo sentirte junto a mí, realmente siento que estás a mi lado, te veo aparecer en mis sueños y es por eso que no quiero despertar, porque eso significa dejarte de observar.Eternamente yo te amo, te recuerdo y te extraño.
Siempre recuerdo tu cabello rizado, tus ojos azules, todas las miles de cosas que nos prometimos, los lugares que queríamos visitar. Veo tus fotos colgadas en la sala, las cartas que me regalaste y solo me pregunto ¿por qué las personas hacemos promesas que no podremos cumplir?
—Andy, nosotros siempre vamos a estar juntos. —Dice el rizado tomando la mano de su novio.
—¿Me lo prometes? —Pregunta tomando con más fuerza su mano, con la mirada puesta en el atardecer.
—Sí. Te lo prometo.
Eternamente una razón para vivir el corazón.
Las lágrimas caen por mis mejillas y no lo puedo controlar, estoy derrotado.
Tengo en mis manos tu última carta, la carta que escribiste sin fuerza alguna en aquella cama de hospital.
A veces siento que quiero morir porque eso significa que quizá podría verte de nuevo, escuchar tu voz, oler tu cuerpo tan natural.
Quiero volver a sentir tus labios rozar los míos y ver nuevamente el mar en tu mirada.Me prometiste cosas que jamás podrías cumplir pero no es tu culpa. Desearía que todo esto fuera diferente y que el cáncer jamás haya caído en tí; la vida es tan injusta que me arrebato lo que más amaba.
Estoy perdido eternamente, amor.