Circo

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Dazai no aprende, simplemente sonreía, lo cual molesto el doble a Chuuya.

El pelirrojo agarró a Dazai del cuello "ー No soy tu maldito bufón para que vengas a entretenerte con mi vida, busca a alguien más que molestar"

"ー Qué perro tan grosero" Dijo levantándose poco a poco del suelo.

Chuuya hizo un gesto de molestia, ¿en serio llego a pensar que podía cambiar algo?, tenía ganas de golpearlo, de gritar, de maldecir, de verdad, Como pudo pensar que ese idiota podría ser su amigo, qué idiota.

El camino a casa lo tomaron juntos, por muy enojado que estuviera Chuuya él sabía que la madre del imbécil estaría enojada si el castaño llegaba solo y su madre no era tema fácil, el camino fue callado con una atmosfera fría a diferencia del de esa mañana, pues ya no habían bromas ni palabras solo una cara de molestia por parte del pelirrojo.

Ambos llegaron a su destino y efectivamente la madre de Dazai estaba molesta, pero no lo reprendió en el momento, Chuuya se fue a su casa notablemente molesto, se encontró con Baki, su gato negro, era un cachorro muy lindo que siempre recibía a Chuuya, aunque solía alejarse cuando Dazai estaba cerca por algún motivo.

El pelirrojo tenía un día largo, pues, se devolvieron demasiado temprano y no sabía qué hacer, tal vez iría al parque o cocinaría un poco con sus hermanos, o vería una película, o talvez le escribiría a Shirase para salir.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de su habitación se abrió, era su hermana Koyo, al parecer le preocupo un poco que el pelirrojo haya vuelto tan temprano y con un mal temperamento.

"ー ¿Sucedió algo con Dazai?" Le pregunto con un tono empático, no esperaba una respuesta, pero sabía que se habían peleado de nuevo.

Chuuya le contó lo sucedido en la sala de juegos y está casi se va a la casa de Dazai para armar pelea, ¡¿Cómo le había hecho eso a su hermano?!, el castaño debería cuidarse, al parecer es una alarma para los pelirrojos.

Su hermana seguía enfadada, pero al ver a Chuuya tan aburrido decidió hacer algo con él.

"ー ¿Quieres ir conmigo a comer algo?" Le propuso amablemente con una sonrisa en su cara, muy característica de su querida hermana.

Koyo siempre había cuidado a Chuuya, se aseguró de enseñarle buenos modales, talvez por eso le disgustaba tanto el castaño, le parecía una mala influencia y claro que lo era, Koyo podría ser una de las personas más hermosas que Chuuya ha visto, no solo por ser su hermana, ella es delicada y elegante, sus ojos son muy lindos y su cabello al igual que su ropa siempre está bien cuidado, es limpia, ordenada, linda y mucho más, cualquiera sería afortunado de estar con ella.

"ー Claro, deja me cambió" Le respondió antes de soltar una leve risa, su hermana siempre lo animaba y este adoraba a Koyo.

Pasaron unos minutos y el pelirrojo se cambió, se vistió de una manera un poco más formal. Ambos fueron a un restaurante donde iban a cenar, ya era muy tarde para el almuerzo, pues el restaurante quedaba lejos y tardaron aproximadamente 45 minutos gracias al tráfico que había por la zona, al parecer todos querían entrar.

Cada uno pidió algo ligero y delicioso, tenían un buen gusto para todo, aunque a veces se equivocaban en sus decisiones, generalmente todo salía bien.

Koyo le dio una sonrisa al su hermano mientras lo veía comer "ー Te quiero mucho Chuuya" Dijo con un tono afectuoso, ella siempre hacía eso.

"ー Yo también te quiero mucho Ane-san" Sonrió al decir esto, momentos así son difíciles de conseguir, pues su hermana trabaja la mayoría del tiempo pero agradece que puedan seguir siendo igual de unidos como siempre.

La misma aula ||Soukoku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora