One

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1994, Hospital de Seúl, Corea del Sur.

—Es precioso, Sami, tu hijo es un príncipe.

— Qué me dices del tuyo —sonrió—mira esas mejillas, quisiera apretarlas y besarlas, es una preciosura—halagó —¿Ya pensante en un nombre?

Ni siquiera lo tuvo que pensar, ella estaba clara hace mucho tiempo, aquel hombre del que había quedado embarazada, jamás formaría parte de sus vidas, al menos no mientras ella pudiera evitarlo.

—Taehyung, se llamará Kim Taehyung, llevará solo mi apellido—respondió feliz.

—Taehyung... "Todo estará bien"—murmuró— es realmente hermoso.

—Gracias —dijo extendiendo su mano levemente para tomar la contraria —¿Qué hay del pequeño gruñón que tienes en brazos? — preguntó mientras veía el gracioso gesto del bebé, que parecía enojado.

— Jungkook, inteligencia y belleza, sé que lo lograrás, mi pequeño será un gran hombre algún día — suspiró.

Ambas mujeres tenían historias muy distintas tras sus espaldas, pero a la vez estas mismas las habían unido en una amistad leal e irrompible, capaz de sobrepasar cualquier barrera y cualquier dificultad.

Sami había quedado embarazada luego de entregar su virginidad al que era su prometido.
Después de una larga relación él le pidió dar aquel paso y ella como una chica enamorada, no se negó, estaba segura de que se entregaba por primera vez al que sería su gran amor, pero ese amor no era tan fuerte, él huyó en el momento en que supo que serían padres, alegando que aún era joven y que tenía una vida por delante, un hijo solo arruinaría sus planes y no estaba dispuesto a que eso pasara.

Ese día su corazón se rompió y se endureció, creó un escudo para no dejar entrar a nadie más que no fuese su hijo, hasta que un pequeño espacio se abrió, aquel día en que se encontraron en el parque y Abigaíl, fue quien llegó para instalarse en él, pero con un amor distinto, uno de hermanas, de amigas, de familia.

La vida para la antes mencionada tampoco había sido fácil, estuvo casada por tres años con el padre de Jungkook mientras aguantaba sus maltratos y humillaciones diarias, siempre recordando el pasado de la chica, quien había sido una jovencita humilde que trabajaba de mesera cuando el adinerado joven irrumpió en su vida.

Tomó todo a su paso, la destruyó y la volvió una persona totalmente triste, irreconocible ante sus propios ojos.

Cuando supo que estaba embarazada, se prometió no dejar que su hijo tuviera esa vida, que jamás presenciara los maltratos o malas palabras de su padre y fue así como una madrugada, mientras la lluvia caía fuerte sobre el asfalto, tomó un bolso pequeño, guardó algunas de sus cosas y huyó de su casa para no volver jamás, fue realmente un alivio que aquel hombre no intentara llegar a ella, desapareció de esa vida como si nunca hubiera existido.

El destino las hizo encontrarse y el mismo destino les permitió que por azares de la vida, ambas estuvieran en esa misma sala dando a luz a sus pequeños retoños, sin más compañía que ellas mismas, sin necesitar nada más que una a la otra.

El destino las hizo encontrarse y el mismo destino les permitió que por azares de la vida, ambas estuvieran en esa misma sala dando a luz a sus pequeños retoños, sin más compañía que ellas mismas, sin necesitar nada más que una a la otra

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Siempre fuiste tu (kookv) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora