Hogar

Ilustración de portada pertenece a @Mmicaelo

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Capitulo único

Hogar

—¡Cuéntanos más, señor Jaken! —exclamó con curiosidad la mayor de las gemelas, siempre ávida por conocer un poco más de sus padres.

El pequeño kappa, que nunca se cansaba de llenar de elogios y alabanzas a su querido amo, continuó hablando con el pecho lleno de orgullo mientras recordaba una de las tantas peleas en las que Sesshomaru había participado.

—Era un ejército de yokais, ¡de cientos de yokais! —comenzó a relatar con cierto dramatismo en su voz—. Respondían al líder de los demonios del mar del norte, un Namahage que se había hecho de mucho poder gracias a fuerzas oscuras y sobrenaturales.

»Rodearon al amo Sesshomaru, mientras él se mantuvo impasible y sereno —siguió relatando con ademanes exagerados, para diversión de sus espectadoras—. Los muy estúpidos pensaban que lo tenían acorralado. ¡Como si mi gran señor le temiera a un séquito de demonios débiles y patéticos! —exclamó moviendo en el aire a su báculo de dos cabezas.

—¿Y entonces qué pasó? —apremió Setsuna. La menor de las gemelas se impacientaba un poco con los rodeos que daba Jaken para relatar los hechos.

—Naturalmente, mi amo Sesshomaru venció. Tan majestuoso como siempre y de un simple movimiento de su espada, creó una onda expansiva que eliminó a ese ejército de tontos. ¡Pero eso no fue todo! —advirtió de forma dramática—. Una horda de yokais y espíritus demoníacos apareció de pronto y arremetió en su contra. Pero él no perdió la calma. En toda su grandeza, se elevó en el aire por encima de sus enemigos y usó sus garras venenosas y su látigo fosforescente para hacerlos añicos uno a uno, dejando en claro su gran fortaleza.

—¡Wow! —exclamó Towa—. Sin duda, nuestro padre es un grandioso guerrero.

—¡Es el Daiyokai más fuerte de todos los tiempos, niña! —corrigió ofendido—. Recuerden la figura de gran importancia que representa su señor padre.

—¡Ya! No sea tan amargado, señor Jaken.

—¡Bajáme, niña!

Después de haberse visto sorprendida por el regaño, Towa sonrió de forma traviesa. Tomó a Jaken entre sus brazos y lo apretó con fuerza. De forma juguetona, lo sacudió de un lado al otro mientras el pequeño kappa refunfuñaba y se quejaba, haciendo escándalo.

—Siempre es lo mismo con usted, señor Jaken —Rin rió divertida con la escena.

Junto a ella, Setsuna no pudo evitar contagiarse de su buen humor.

Era una cálida noche de verano, pero una reconfortante brisa rodeaba el ambiente. Rin se encontraba sentada junto a sus hijas en el engawa de su hogar, aquel lugar que habían reconstruido en el corazón del bosque luego de que todo volviera a la normalidad.