Parte 1

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________ POV

Estiro la pierna derecha y la enganchó alrededor de mi mejor amigo, Mike, riendo cuando mis brazos empiezan a temblar por haberme sujetado demasiado tiempo. Estamos en su estudio jugando al Twister el viernes por la noche, como hemos hecho tantas veces mientras crecíamos. Desde que lo conocí en séptimo grado, su casa ha sido mi segundo hogar.

Tres de nuestros otros amigos están tirados en el sofá, animándonos, uno de ellos hojeando distraídamente el televisor hasta que finalmente llega a Love It.

-¡Anótalo, amigo! - grita Mike al televisor. Me dispongo a interrumpir su equilibrio golpeándolo con la cadera cuando la puerta principal de la casa se abre y se cierra bruscamente. Y pierdo el equilibrio.

A las siete en punto, cada día.

Es ella.

Por fuera, trato de no mostrar una reacción, pero por dentro estoy traqueteando como una desvencijada montaña rusa de madera y mi estómago se ha quedado en la cima de la empinada caída.

La madre de Mike está en casa.

Pasa junto a la puerta y echa una breve mirada hacia dentro, sonriendo cuando me ve derrumbada en la alfombra del Twister junto a su risueño hijo. No deja de caminar a la cocina, así que solo tengo unos segundos para empaparme de ella. En realidad, nunca habrá tiempo suficiente para absorber su gran cuerpo.

En la fiesta de cumpleaños de Mike hace unos meses, mi mejor amigo y yo tenemos dieciocho años, ella vino a nadar con nosotros en el patio trasero y casi me hiperventilé. Me temblaron las rodillas bajo el agua al ver la loza de su estómago.

Y cuando el agua amoldó su bañador a su regazo, la enorme cresta entre sus muslos me hizo tantas cosquillas en el vientre que me puse tan roja que todos pensaron que tenía una quemadura de sol.

La madre de Mike, Billie, tiene cuarenta y cuatro años y es divorciada.

He estado enamorada de ella desde hace 5 años cuando tenía trece años.

Nadie se compara. Lo que Billie me hace en mis sueños es más satisfactorio que lo que cualquier chico podría lograr en la vida real, así que ni siquiera me molesto con ellos. La universidad empieza dentro de un mes y ya estoy segura de que ninguno de los chicos de ahí estará a la altura. Al recordar la universidad, pienso en el pago de la matrícula, mi estómago gime y me pongo en pie, pegando una sonrisa despreocupada en mi rostro.

-Voy a coger otro trozo de pizza de la cocina. - Me acomodo el pelo detrás de las orejas - ¿Alguien quiere una?-

Están demasiado ocupados gritando en la TV para prestarme atención.

Eso me parece bien, porque tengo que conseguir mi dosis de ojiazul.

De camino a la cocina, me subo un poco la falda y me anudo la camiseta de tirantes bajo los pequeños pechos. Pongo una sonrisa coqueta. Es lo que me caracteriza: ser coqueta. Una provocadora. Ultimamente, es mi armadura, para que nadie mire demasiado. Dios no quiera que descubran que no soy realmente una de ellos. Que solo estoy fingiendo. Que estoy Mintiendo. El coqueteo hace que pongan los ojos en blanco y se rían, que no me tomen demasiado en serio. Todos los recién graduados de la escuela secundaria en la guarida son asquerosamente ricos y yo solía estar entre sus filas.

Si puedo evitarlo, nunca sabrán lo lejos que he caido.

Sin embargo, nada de eso es importante ahora.

Solo existe Billie.

Consigo una pequeña visión de lo que no puedo tener. Fingiendo que es mía por un momento, como siempre hago.

Sugar Daddy | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora