Me desperté segundos antes de que sonara el despertador. Las estrellas fluorescentes en el techo apenas brillaban debido a la luz que se filtraba a través de la cortina agujereada de mi habitación. Mi cuarto era simple; el orfanato solo te proveía de lo esencial: comida, ropa, cepillo de dientes, agua y una cama. Sin embargo, me las arreglaba trabajando como mesera en el restaurante "Le Ciel Gourmet", donde iban a comer personas influyentes.
Cuando bajé a desayunar, toda la comida se había acabado, así que agarré una manzana del refrigerador y me fui corriendo. El camino a la escuela estaba tranquilo a esa hora de la mañana. Las calles comenzaban a llenarse de vida, con los primeros rayos de sol iluminando el asfalto y los pájaros cantando sus melodías matutinas.
A una cuadra de la escuela, Bianca me interceptó con sus fieles secuaces. Su presencia siempre traía consigo una nube de problemas.
-Miren, ahí está la perdedora más grande de la escuela - dijo Bianca con una sonrisa malévola en la cara.
-¿Qué quieres ahora bianca?
-Solo queria preguntarte porque eres tan imbecil-Dicho esto sus secuaces se rieron.
-Bianca, sabes que me encanta pasar tiempo contigo, pero no quiero llegar tarde a clase, así que adiós - dije, corriendo a máxima velocidad hacia la escuela. Intentaron alcanzarme, pero no se puede con la mejor corredora del salon.
Llegué a mi salón y, al abrir la puerta, vi al chico más guapo que había visto en mi vida. Tenía el pelo negro, ojos azules y era alto. Estaba sentado en mi puesto. En vez de decirle amablemente que ese era mi puesto, le dije:
-Quita tu trasero de mi silla.
-Ah, disculpa, no sabía que era tu silla - dijo, apenado.
Coloqué mi mochila en mi puesto rápidamente y fui a saludar a Neyara, que estaba leyendo el libro que le presté.
-Hola, Neyara - dije, esperando que el chico nuevo apartara la mirada de mí.
-Hola, Kristen - dijo, mirando a aquel chico y a mí con cero disimulo.
-¿Vamos a buscar a Martha a la entrada? - pregunté.
-¡Pero hace frío!
-Martha igual podría tener frío, recuerda que dejó su chaqueta ayer.
-Cierto, vamos, y de paso le llevamos la chaqueta.
Dicho eso, salimos de la sala, feliz de liberarme de la mirada de ese chico misterioso.
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Reina Del Tiempo
FantasyKristen siempre había creído ser una chica ordinaria, al menos tan normal como se podía ser viviendo en un orfanato. Pero todo cambió el día que Demian apareció en su vida, el nuevo chico en la escuela, con una mirada que parecía atravesar algo más...