04.- Manzana podrida.

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¿Acaso sus hermanos mayores creían que él se iba a quedar encerrado y sentado en un rincón mientras ellos buscaban los rastros de su Alfa? No. No les daría esa oportunidad.

Él necesita un espacio.

Shōto necesitaba un respiro largo para aclarar sus pensamientos.

Shōto necesitaba salir de ahí.

—Me voy —dijo antes de salir por la puerta principal.

—¿En serio? Tan rápido —Shōto hizo un gesto de no escuchar y tomó su bicicleta mientras Fuyumi parecía ligeramente decepcionada— ¡Cuídate! ¡Regresa temprano a casa!

Umh.

—¡No hables con desconocidos! ¡Por supuesto! ¡Si te ocurre algo malo, llámanos!

Shōto colgó una mochila en su hombro y subió a la bicicleta, levantó la mano en señal de despedirse y no dijo nada más.

Apenas se perdía de vista por el camino, Touya se posicionó frente a su hermana albina, quién tenía una sonrisa dulce mientras seguía moviendo la mano aunque Shōto ya no la veía.

—¿Qué crees que va a hacer, ah? —se queja— Sabes que se va a ir a besuquear con su compañero, aunque Natsuo haya dicho que su Celo terminó temprano, todavía está en calor.

—No, no lo hará.

—¿Cuántas cosas hemos dicho que no lo hará y lo ha hecho? ¡Agh! ¡Ése mocoso perfecto que no conoce los riesgos que tiene su trasero! —Touya pellizca el puente de su nariz y apoya su espalda en la puerta— A veces quisiera que nunca hubiera nacido.

Antes que Fuyumi se exalte, Natsuo le da una patada a la espinilla a Touya.

—Lo hecho, hecho está. Shōto está… sintiendo demasiados cambios que son normales para un Omega. Solo hay que hacer que tome mejores decisiones, ¿sabes?

Touya maldice y, con su flequillo cubriendo parte de su visión, le da una mirada significativa a Natsuo. Touya se contiene, muerde el labio inferior y deja pasar el ataque de su hermano, luego bufa y cubra sus brazos sobre su pecho.

—Que repugnante.

—¡No digas esas cosas, Touya-nii! ¡Shōto solo es joven! Ya sabes, los Omegas son demasiado sentimentales e ingenuos que hacen locuras por amor.

—¿Debo pensar que es su primer amor? Qué total mierda —dice, con ironía en su voz. Touya está a la defensiva y Fuyumi reprime un gruñido ante el desafío. Su Alfa no debe atacar a su propia familia, ya que ella no es un Alfa malo. Fuyumi tiembla y sus ojos, a través de los anteojos, se contraen de forma inquietante—... Agh, son un lío. ¡Vamos!

Touya ingresa dentro de la vivienda, con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y deja la puerta abierta con intenciones de que los demás lo sigan.

—¿Adónde?

—A castrar Alfas que no saben mantener el pene dentro de sus pantalones y, de paso, no saben cuidar bien a sus Omegas. Unos gilipollas, ¿no?

Fuyumi se relaja y asiente dos veces.

—¡Sí, pero tomaremos otras medidas!

Ambos betas entendieron el mensaje, Fuyumi corre a su habitación, baja con la misma velocidad torpe y luego coloca protector solar en las mejillas de su hermanos.

Ambos betas entendieron el mensaje, Fuyumi corre a su habitación, baja con la misma velocidad torpe y luego coloca protector solar en las mejillas de su hermanos

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Misión: ¡Mata a ese put* Alpha! |BKTD and family Donde viven las historias. Descúbrelo ahora