One-shot l 𝐓𝐰𝐢𝐛𝐫𝐚

Su corazón roto

El Imperio de Cristal ya no era de un azul alegre y brillante. Ahora, las paredes eran de ónix. Los pasillos eran tan oscuros que era necesario tener antorchas. Para la mayoría de los ponis, semejante visión evocaría terror en sus mentes. Pero para el Rey Sombra, era una visión que le encantaba ver.

Estaba sentado en su trono. Acababa de terminar de derrotar a sus enemigos. Había arrojado a Cadence y Shining Armor a la mazmorra hace mucho tiempo. Recientemente, venció a los propios Guardianes de la Armonía. Ahora, simplemente esperaba encontrarse con ellos.

Pasó un rato y las puertas de la sala del trono se abrieron. Primero llegaron dos de sus soldados. Detrás, las seis yeguas que se le oponían.

Todos se encontraban reunidos frente a él. El unicornio blanco, el pegaso amarillo y el poni terrestre rosa lo observaban con miedo. El pegaso arcoíris y el poni terrestre naranja lo miraban con enojo. Solo el alicornio lavanda parecía mirarlo con una mirada más... estoica en sus ojos.

Sombra sonrió maliciosamente. "Bienvenidas, damas. ¿Cómo se sienten todas después de su humillante caída?" Les dirigió a todas una sonrisa petulante.

Todos permanecieron en silencio. Pasó un largo rato hasta que Twilight dio un paso adelante. "En realidad, me siento muy bien".

Silencio.

Sus amigos respondieron mirándola confundidamente. Al propio Rey Sombra le resultaba difícil comprender lo que acababa de decir. Esperaba una respuesta asustada o enojada. La declaración de Twilight lo tomó parcialmente por sorpresa.

-¿Cómo que todo está bien? -preguntó Sombra- ¿No estás enfadada?

Twilight procedió a caminar hasta el trono del rey. Sombra observaba en silencio. Twilight se detuvo cuando estuvo directamente frente a él. "No, todavía no estoy enojada porque no hemos perdido por completo la esperanza. Quiero darle una última oportunidad".

Sombra alzó una ceja. -¿Y cómo lo harás? Ya no es como si tuvieras acceso a tu magia.

Twilight se rió entre dientes. "Lo que estoy a punto de hacer no necesita hacerse con magia. Es lo que me gusta llamar la Magia de Twilight". Levantó una pezuña para darle una palmadita en el hombro.

"¿Qué está haciendo?", le susurró Rainbow Dash a Applejack. La poni terrestre se encogió de hombros.

Twilight cerró los ojos, inhaló y luego exhaló. Cuando abrió los ojos, Sombra se encontró con la sonrisa más tierna, dulce y conmovedora que jamás había visto.

Su corazón dio un vuelco. Soltó el aire que no tenía ni idea de que estaba conteniendo. Todos los malos pensamientos que tenía en la cabeza se evaporaron. Sus ojos se abrieron de par en par.

La sonrisa de Twilight se desvaneció. Sus orejas también, mientras su rostro mostraba una expresión de preocupación y simpatía. "¿Qué te pasó, Sombra? ¿Por qué conquistaste este imperio? ¿Estás herido? ¿Te sientes solo?"

Sombra se quedó sin palabras. Se preguntó si estaba soñando despierto o alucinando. De todas las cosas, ciertamente no esperaba esto. "¿Qué... qué quieres decir? ¿Por qué me pides esas cosas ? ¿Por qué te preocupas tanto por mí? ¿No se supone que somos enemigos?"

Twilight rió de nuevo. -Lo sé. Pero vamos, soy la Princesa de la Amistad. No es justo que ella tenga enemigos. -Parpadeó inocentemente ante la expresión atónita de Sombra-. Estoy segura de que hay algo en tu corazón que te lleva al mal. Quiero saber qué es. Entonces podemos hablar de ello y te juro que te sentirás mucho mejor.

Sombra bajó las orejas y sintió que las lágrimas amenazaban con brotar. "Pero... pero... somos enem-"

Twilight cortó sus desesperadas protestas poniendo sus cascos alrededor de su cuello en un cálido abrazo. Sombra casi se atragantó con su propia saliva mientras escuchaba a los amigos de Twilight jadear de fondo. Lágrimas frescas corrían libremente por sus mejillas. Su corazón dolía. Tenía los ojos muy abiertos pero sintió que sus cascos automáticamente le devolvían el abrazo. Se preguntó si estaba soñando otra vez. Ningún pony lo había abrazado así en mucho tiempo.