Capítulo 4: MosquePedro contra Villavanna

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Su primer día en Madrid llegaba a su fin, por lo que Pedro Pablo se dirigió al baño a tomar una ducha.

-¡Bosco!, échame una mano.

-¿Qué pasó?- respondió a la petición de ayuda a la par que se apresuraba en dirección al baño.

-Es que el baño tiene foco, pero no encuentro el apagador.

-¿Cómo es que el matemático no puede resolver esta incógnita?- bromeó

-Ja ja ja, muy gracioso. Pero en serio, no hay apagador en el baño.

- Mira, es este. - mencionó mientras señalaba el interruptor- Aquí los ponen por afuera del baño.

-Ahhh, pensé que ese era del pasillo. - respondió mientras manipulaba su cabello por detrás de la nuca- Bueno, ya me voy a bañar.

-Ok.

Al terminar de ducharse Pedro Pablo, Bosco hizo lo mismo y finalmente ambos se fueron a dormir.

-¡Ayuda!¡Papá!- gritó Bosco con una voz ahogada mientras Giovanna se acercaba a su posición.- ¡Yaya!- exclamó con todas sus fuerzas pero su voz a penas se escuchaba, fue entonces cuando perdió la fuerza de sus piernas y manos a la vez que caía al piso- ¡Pepa!- llamó tan fuerte como pudo, pero el sonido no fue más alto que el de un murmullo.

-Vamos Bosco, no te resistas- replicó Giovanna inclinándose hacia el chico que yacía en el piso.

-¡Aquí estoy Bos!- rugió Pedro Pablo entrando a máxima velocidad al cuarto y empujando a Giovanna lejos de su amigo.

Bosco recuperó parte de su fuerza y se colocó detrás de su salvador, mientras este último sacaba un pincel y una paleta de pintura desde la parte interna de su chamarra. Giovanna se abalanzó hacia ellos, pero Pedro Pablo tomo pintura de la paleta con el pincel y la lanzó a la cara de la chica, la pintura entro a sus ojos e hizo que se parara en seco. Fue entonces cuando tomo más pintura y comenzó a trazar líneas en el aire que se transformaban en barrotes, después de apenas unos segundos, se materializó una celda improvisada alrededor de la chica.

-Todo está bien Bos, estoy contigo.

Bosco despertó sudando recostado en su cama, su brazo izquierdo se extendía hacia la orilla del colchón y tomado su mano que colgaba en el vacío, se encontraba el puño de Pedro Pablo. Al ver está escena, Bosco apretó de forma automática la mano de su roomie, lo que ocasionó que este se despertara.

-¿Estás bien Bos?, hace rato estabas muy alterado pero no quise despertarte.- comentó mientras se tallaba sus ojos con los puños de sus manos.

-Todo bien, muchas gracias.- respondió un tanto apenado con su amigo.

-¿Fue una pesadilla?- preguntó a la vez que se hincaba al costado de la cama, para terminar frente a frente con Bosco, quien se incorporaba sentado en mariposa.

-¿Fue una pesadilla?- preguntó a la vez que se hincaba al costado de la cama, para terminar frente a frente con Bosco, quien se incorporaba sentado en mariposa

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-No lo diría de esa manera, aunque soñé con Giovanna.- respondió arrastrando las palabras- Te contaré, pero promete no burlarte.

-Nunca lo haría, sé por lo que has pasado.

Entonces Bosco le contó su sueño con detalle y de alguna forma se sentía liberador.

-Estoy feliz de poder salvarte en tus sueños, solo recuerda que también lo puedo hacer en la realidad.

-Gracias Pepa, fuiste un gran mosquetero en mi sueño.

-Así es, yo seré tú mosquePedro y te defendere de la Villavanna.- recitó mientras movía su brazo por el aire simulando tener un sable en su mano.

-Cuidado que me puedes sacar un ojo,- bromeó Bosco- pero en serio, muchas gracias por venir, siento que de alguna forma tu presencia me ayudó en mi sueño.

- Siendo de esa manera, dejemos las puertas de nuestros cuartos abiertas, así tu mosquePedro estará listo para salvarte.- declaró mientras se levantaba del suelo y giraba hacia la puerta, para ocultar que se sonrojaba por lo que acababa de decir.

- Me parece bien, buenas noches mosquePedro, descansa.

-Hasta mañana Bos.- dijo suavemente Pedro Pablo mientras atravesaba la puerta del cuarto de Bosco.

Así fue como amboschicos fueron al reino de los sueños, felices de tenerse el uno al otro.

Corazones a trazos y estocadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora