Capítulo 43. Peligrosa Adicción

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Sonaba "7/11" de Beyoncé en el Golden Club, inundando el ambiente con su energía vibrante

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Sonaba "7/11" de Beyoncé en el Golden Club, inundando el ambiente con su energía vibrante. Las luces de neón y los destellos de las bolas de disco reflejaban la atmósfera electrizante. En el centro del escenario, las strippers ejecutaban sus rutinas con gracia y precisión, bajo la atenta mirada de los clientes.

Dos jóvenes ingresaban al club por la entrada trasera, sus rostros serios y determinados contrastaban con la euforia a su alrededor. Estaban allí para cumplir con su deber, y nada podía distraerlas de su propósito. En un abrazo breve, se despidieron. La castaña se dirigió a su puesto de mesera, sus pasos ligeros y decididos. La pelinegra, en cambio, avanzó con sus tacones resonando por el pasillo del club hacia los camerinos. A cada paso, el bullicio de la música y las voces se desvanecía, y el eco de sus tacones se volvía más fuerte y solitario, marcando un ritmo propio.

Llegó al camerino y abrió la puerta, el sonido del exterior disminuyendo detrás de ella. Dio unos pasos más hasta el perchero y se deshizo del suyo, colgándolo con cuidado. Del bolsillo sacó una venda de encaje que su amiga Dahyun había encontrado en el coche, su salvación por no haber traído su máscara. Se colocó la venda alrededor de los ojos, ajustándola hasta cubrir justo por encima de la nariz. Lo mejor de todo era que podía ver a través del encaje, aunque era incómodo, pero su rostro quedaba lo suficientemente oculto.

Dio otros pasos más hasta llegar al segundo camerino, donde los maquilladores la esperaban para hacerle los últimos retoques, preparándola para la noche. La música aún resonaba, el ritmo haciendo eco de su creciente ansiedad.

—¿Y tu máscara, Usagi? —preguntó un hombre cuya presencia constante ella había notado, aunque su nombre seguía siendo un misterio.

—Lo olvidé. Tuve que improvisar con este encaje —respondió ella, tratando de sonar despreocupada.

—No está nada mal, pero ¿podrás bailar bien con eso? —preguntó él, con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—Sí, puedo ver bien. Y aunque no pudiera, preferiría bailar a ciegas antes que exponerme a quien sabe quiénes —dijo ella, con firmeza.

—En eventos como este, es importante que cubras tu rostro. Hay demasiados hombres peligrosos. No te lo digo para asustarte, sino para que no olvides lo más importante la próxima vez: tu máscara —le advirtió él, con seriedad.

Ella quedó pensativa, el miedo a que la venda se soltase o a que algún hombre se aprovechara de su situación la invadió. Su mente también se llenó de preocupación por Dahyun, temiendo que, al estar más expuesta, pudiera ser víctima de algún depravado.

—¿Las meseras también tienen alguna máscara o algo para cubrir su identidad? —preguntó, su voz cargada de inquietud.

—Sí, no te preocupes. A tu amiga le darán una máscara —la tranquilizó él. —Ahora permíteme ajustar mejor esa venda, porque no me da confianza, y ponerte más bella para esta noche.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora