Prólogo

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Nuestra historia comienza a los 9 años de nuestro joven rubio, un año despues de que comenzara su tiempo en la academia. Nuestro rubio favorito, Naruto Uzumaki, se encontraba escapando de una turba furiosa ya que era el 10 de octubre, el día en que el zorro demonio de nueve colas atacó la aldea y además, el día de su cumpleaños número 9. Naruto se movía ágilmente por toda la aldea para escapar de la gente que lo quería matar y se dirigía hacia el bosque para poder ocultarse de ellos.

Pero no sabía que alguien lo observaba desde los tejados con una sonrisa en su rostro.

Rato después, en el bosque

Naruto había logrado alcanzar el bosque y ahora se estaba ocultando dentro de un árbol mientras se tapaba con un arbusto.

-¡Busquenlo! ¡Hay que encontrar a ese demonio y terminar lo que empezó el Yondaime!- grito un aldeano con voz fuerte.

Naruto se adentro aún más en el árbol para que no lo encontraran y otro aldeano grito:

-¡Pues será mejor que lo encontremos rápido! ¡Ese demonio entró a este bosque y ya saben lo que dicen de él!-

-¡Claro, el lugar perfecto para un demonio cómo el! Pero tienes razón. Si entro a este bosque, entonces no podemos hacer mucho ya que es peligroso. Lo mejor será que lo dejemos aquí y que los monstruos de este bosque se lo coman.- dijo otro con algo de nervios.

Los demás asintieron y regresaron a la aldea para alejarse de ese bosque peligroso. Naruto los vio irse con calma y cuando ya se habían ido todos, salió del árbol mientras decía con una sonrisa astuta:

-Je, que idiotas son. ¡Le tienen miedo a un bosque de porquería y se atreven a perseguirme! ¡Ja, yo seré el próximo Hokage, dattebayo! ¡Este bosque de mierda no me da miedo!-

Sin embargo, escuchó un sonido detrás de él que lo puso nervioso y al voltearse, se quedo inmovil cuando vio una enorme araña mirándolo fijamente.

-¿Que… rayos…- dijo él con temblor.

La araña lo miró con sus ocho ojos puestos en él fijamente y el rubio intentó dar marcha atrás para salir corriendo. Sin embargo, la araña le lanzó una telaraña que lo mantuvo atado ante ella y comenzó a jalarlo hacia la misma lentamente.

-¡Suéltame! ¡Dejame, maldita araña de mierda! ¡No seré tu comida! ¡No seré devorado hasta que me convierta en Hokage!- grito el Hokage forcejeando las ataduras con brutalidad.

Pero justo cuando la araña iba a envolverlo para que fuera su comida, la misma fue mandada a volar de repente por un golpe. Naruto se quedo de piedra cuando vio a un hombre de cabello negro, camisa roja desabotonada que mostraba su cuerpo bien musculoso, pantalones azules hasta las rodillas y una cicatriz en forma de X en su pecho.

Naruto el Aprendiz del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora