"Si haces una promesa, la cumples, si cometes un error, te disculpas. Y si le das un sueño a alguien,o defiendes hasta el final"
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Una voz suave llamaba a Lucy. No sabía qué era, pero el frío a su alrededor se hizo presente. La voz volvió a llamarla, esta vez más clara.
-¡Viajera! ¡Viajera, despierta!- se escuchó una voz aguda.
Lucy alzó el rostro, sin creer lo que veía. Una niña con apariencia de hada flotaba sobre ella. Tenía el cabello blanco, ojos oscuros, vestida en ropas blancas y doradas, con una bufanda azul marino y una corona en la cabeza. La reconoció de inmediato.
-¡Viajera! ¡Estás despierta!
-¿Paimon? ¿Cómo es que...? ¿Dónde...? -preguntó Lucy, apoyándose en el suelo mientras se levantaba.
Miró a su alrededor, notando las celdas frente a ella.
-No sé cómo llegamos aquí. Estabas dormida en un hostal de Inazuma y cuando desperté, de repente Arlecchino nos trajo, -dijo Paimon, volando a su altura y viéndola con una mano bajo la barbilla- aunque ahora que lo pienso, Paimon te ve muy distinta. ¿De dónde sacaste esa ropa?
-Mira, es una larga historia, pero si me ayudas a salir de aquí te la contaré con mucho gusto, -dijo Lucy, extendiendo su mano- y dime Lucy.
-¡Encantada, Lucy! Pero Paimon no sabe cómo salir de aquí.
-¿No puedes teletransportarnos a otro lado?- preguntó Lucy, frotando sus brazos.
-Paimon no puede. Lo he intentado, pero parece que algo interfiere con mis líneas ley, como si la tormenta de nieve lo hiciera imposible -dijo Paimon, tocando el cabello de Lucy- aunque me gusta más tu cabello así, es muy bonito.
Lucy rió, pero siguió preocupada.
-Eso me halaga, pero eso es raro... ¿Ni siquiera detectas Mondstadt o Liyue?
-No, es como si estuviéramos en...
-Estás en Snezhnaya, querida,- dijo otra voz fuera de la celda.
Al mirar, Lucy se sorprendió al reconocer a esa mujer de cabello blanco y negro, con un traje gris, ojos oscuros con cruces rojas en ellos. Portaba en los hombros el distintivo abrigo de los Fatui con plumas en los hombros.
-¿En Snezhnaya?
Arlecchino asintió.
-Su majestad decidió traerte aquí para ver si ese tonto de Childe viene por ti, -explicó con calma- será mejor que te acomodes, puede que esto tarde un poco.
Lucy, aún confundida, miró hacia abajo, sus manos frotando sus hombros descubiertos por la camiseta que usaba ese día.
-Esto no puede ponerse peor...
-Tranquila, Lucy,- trató de calmarla Paimon.
-Tu amiga hada tiene razón... y veo que tienes frío,- dijo Arlecchino viendo cómo Lucy asentía-. Creo que tengo algo por aquí... -dijo desapareciendo un momento en un glitch.
Las dos chicas se quedaron estáticas cuando momentos después la mujer regresó con un abrigo parecido al que traía en sus hombros. Se lo pasó a Lucy entre los barrotes de la celda.
-Toma, al menos ponte esto. No quiero que te dé hipotermia antes de que tu heraldo venga, -dijo la mujer con semblante serio.
Lucy se apresuró a ponérselo, sintiendo alivio al recibir el calor.
-Muchas gracias,- le agradeció.
Arlecchino esbozó una pequeña sonrisa y asintió.
-No me lo agradezcas. Iré a ver a la Zarina. Últimamente ha estado estresada por los sistemas de defensa que creó pues no están funcionando bien, así que me disculpo por su comportamiento, usualmente no es así, -explicó-. En fin, cualquier cosa no duden en llamarme, -dijo antes de alejarse.

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¿Podrías repararme? | Tartaglia | Genshin Impact (En Corrección)
Fanfiction"Creo que las coincidencias no existen, creo que el destino es quien nos maneja y si el destino me puso en tu camino, tal vez eres lo que necesito. ¿Podrías repararme?" Una pequeña historia de las aventuras de Childe cuando aparece en la habitación...