Capítulo 10

28 4 0
                                    

 Kyle me había abrazado durante un largo rato, había intentado abrirme con él, pero no podía, no podía volver a cegarme por el amor y aunque eso no es exactamente lo que siento por Kyle, estaba empezando a sentir algo parecido y no podía permitirme acabar así, era algo que tenía claro. Él trató de hablar conmigo, pero cuando me cerré en banda, simplemente trató de consolarme en silencio.

Estaba preparándome con el disfraz ridículo que Alison me había hecho comprarme, cuando alguien tocó mi puerta, sabía que era ella, ya que me había dicho que vendría antes para ayudarme con las cosas.

—¿Cómo estás?—Dijo abrazándome. Iba vestida de enfermera moribunda o algo parecido, ya que la ropa que llevaba era mínima.

—Bien—Dije pasando un brazo por su cabeza. Al separarme me sonrió y sabía exactamente lo que quería decir con esa sonrisa, necesitaba información sobre lo que había pasado con Kyle.

—¿Y?—Me preguntó cuando se sentó en mi cama mientras yo me terminaba de maquillar. Seguí con mi maquillaje bajo su mirada.

—Fuimos a dar una vuelta—Le dije—Y me trajo a casa—Me ahorré la parte en la que me había puesto a llorar sobre él. Creo que eso quedaría entre nosotros.

—¿Una vuelta?—Me preguntó levantando las cejas, giré los ojos—Amber se volvería loca—dijo y reí.

—Probablemente—Le contesté y ella rio—No es mal chico—Le dije a Alison y ella me miró con una sonrisa.

—Ya—Dijo ella y vino a sentarse a mi lado con una sonrisa fingida—Kyle no es malo Emma—Dijo a mi lado acariciando mi brazo—Pero no te recomiendo enamorarte, no es de esos chicos que regalan flores o te abrazan cuando lo estás pasando mal—Ahí se había equivocado, quizás no lo conocía tan bien como pensaba.

—No me voy a enamorar Alison—Le dije guardando el maquillaje—No soy de esas.

No le conté más del tema, lo que si estaba claro era que no me iba a enamorar de Kyle, no hacía falta la advertencia de Alison para saber cómo era. Ni si quiera le di más vueltas y ella no comentó nada más.

Seguimos hablando sobre cualquier cosa y a la vez sobre todo mientras preparábamos algunas cosas de comer y las bebidas, cuando tocaron la puerta y entraron todos. Salí al balcón a fumar y mientras veía el móvil, leí un mensaje de mi padre.

Papá: Sé que tienes un puente este fin de semana, el apartamento está libre, por si quieres pasar tiempo allí. Te quiero.

Sentí un dolor extremo en el estómago, cómo si me hubieran metido una patada y simplemente se fueran sin decir nada. Aquel apartamento significaba muchas cosas, habíamos pasado todos los veranos en ese apartamento hasta que mis padres se separaron. No había vuelto a pisar aquel sitio y mis padres tampoco, no sé si porque guardaba muchos recuerdos o simplemente porque ya no se hablaban y no sabían si el otro estaría. No sé por qué mi padre se pensó que me gustaría pasar tiempo allí, pero le di las gracias y cerré el mensaje. No iría, pero supongo que acordarse de mi era todo un detalle.

A mi lado se sentó alguien y se encendió un canuto de Maria, me giré para encontrarme a Logan.

—Hola chico de los ojos grises—Lo saludé y él sonrió.

—Hola chica de los ojos tristes—Dijo él y lo miré extrañada.

—Mis ojos no son tristes—Le dije y le di una calada a mi cigarro para apagarlo en el cenicero.

—Claro que lo son—Dijo él y me tendió su porro, le di una calada y se lo devolví—Lo que todavía no sé por qué.

—Creo que los ves mal—Le contesté y me dejé caer sobre la silla.

Mis días de universitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora