Capítulo 1: Macchiato

27 7 0
                                    


—No lo olvides —le dice Marrubi desde la puerta—, mantén la calma y no te pongas demasiado nerviosa. Tú puedes con esto y más.

Gerezi sonríe. Su hermana siempre le daba una de cal y otra de arena. Tan pronto podía estar diciéndole que ella podía comerse el mundo, como le podía decir que a lo mejor tanto apetito por la vida y los sueños no era lo más indicado en el mundo real. "Quien sabe...".

El cielo grisáceo del amanecer que se funde con las tonalidades de los edificios en la parte alta de Portugalete, creando un telón de fondo que parece a medida para una mañana de finales de verano, le da los "buenos días" en un lunes que se presenta algo duro.

Camina por la calle principal con una determinación que se refleja en cada uno de sus pasos. Su falda larga de seda, color terracota ondea suavemente al ritmo de su andar, como si la brisa de la mañana jugara con ella. La prenda es ligera y fluida, un contraste con la rigidez del entorno urbano. Al combinarse con el top de crochet naranja que lleva, el conjunto no solo está a la moda, sino que también resalta su figura en forma de pera de manera elegante y sensual. La parte superior de su atuendo, metida dentro de un cinturón ancho que acentúa su cintura, le da un aire de sofisticación casual.

Sus sandalias de cuero desgastado, con una suela de apenas tres centímetros, están claramente muy usadas, pero aún funcionales. La elección de ese calzado refleja tanto un sentido práctico como una falta de pretensiones; a pesar de su desgaste, estas sandalias ofrecen una comodidad que va a ser crucial para la larga caminata que le espera esa mañana. Pese a todo, es consciente de que con los kilómetros que hoy le tocan recorrer, la suavidad de la suela sería una ventaja, aunque la tarea se preveía desafiante. "Calculo que hoy llegaré antes de las 12:00 del mediodía a los 13.000 pasos" piensa mientras sus pies se mueven a un ritmo constante.

A pesar de la comodidad general de su atuendo, no puede ignorar la fricción constante entre sus muslos. Una molestia persistente durante sus largas caminatas. Para mitigar este inconveniente, ha decidido usar unos pantis especiales, recomendación de su ama (madre) que tantas veces ha escuchado.

El tejido es suave y elástico, diseñado específicamente para prevenir las pequeñas quemaduras y rozaduras que solían aparecer tras horas de movimiento sin la protección adecuada. "Acordarsus, siempre con protección... solar". Este detalle de su vestimenta, aunque a veces pasado por alto, resulta crucial para su comodidad en las largas jornadas.

Mientras avanza hacia su trabajo, su mente está ocupada con los detalles de la nueva misión que le había encomendado su endemoniado jefe. Sentía una mezcla de resignación y cabreo al pensar en el resto del día: "Hoy me toca asentir y disentir sobre el uso del pijama para ver la televisión. Ya puedo imaginar lo que dirá mi biografía el día que muera". Este pensamiento le sacó una sonrisa irónica.

Mujer de renombre y gran reputación, con famosos reportajes a su espalda, tales como "¿Prefieren ver la televisión en pijamas de rayas o en pijamas de lunares?" Y ganadora del Nobel a mejor artículo con "¿Qué prefieren los transeúntes para el popular accesorio de postre: cono o tarrina?" fallece a sus...

No se permite seguir por ese hilo de pensamiento. "¡Que maleducado sería por mi parte irme con una nota de obituario cuando podría escribir un reportaje sobre las últimas tendencias en moda funeraria!". Así que, mientras ese pensamiento se apaga, su mente se empeña en evitar el drama y empieza a distraerse con una nueva elección de frases de despedida a la altura de sus artículos más extravagantes "como Bruce Nolan en Como Dios. Y es que, ¿por qué dejarse llevar por la tristeza cuando el próximo gran titular podía estar esperando justo detrás de esa cortina de pensamientos?".

Un café con desenfoqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora