𝟎𝟎𝟏; In the process of accepting

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—¿SaeSae?

Mis palabras salieron en cuanto vi aquella cabellera magneta, bajo la luz de una sola farola, bajo la caída de los copos de nieve. Mis pies se movieron por sí, queriéndome acercar a lo que una vez vi partir.

Cuando estuve a punto de estar cerca de él, este volteó, haciéndome detener mi andar.

Miraba a un hombre, sin vida en sus ojos, sin expresión en su rostro, sin siquiera una respiración que me indicara que era de alguien vivo quien se trataba. Miraba a un ser que, al igual que pálido que la nieve, mirada fría como la misma.

"Vas a regresar, ¿verdad, saesae?"

"Regresaré, _______. Te traeré muchas cosas de España, lo prometo"

Aquel Sae que una vez fue niño se había despedido con una sonrisa y un beso en mi frente, lleno de seguridad y vida en su cuerpo.

¿Quién era este Sae?

—Tanto tiempo... Hinode.

Su voz ronca y fuerte resonó en la cancha de futból, sus pasos y su acercamiento me hacía dar pasos hacía atrás, su mirada era centrada y inquietante. No podía mantener la postura.

—¿Me recuerdas? Soy Sae, Sae Itoshi.

¿Cómo no recordarlo? ¿Cómo olvidar ese cabello largo y alborotado, esa piel pálida y esos ojos azul turquesa con largas pestañas? ¿Cómo podía olvidar a quien durante mucho estuve esperando y nunca volví a ver? ¿Siquiera podía olvidar quién alguna vez me hizo despertar sentimientos íntimos?

¿Cómo podía olvidar a Sae?

Pero cuando iba a hablar, Itoshi se había acercado lo suficiente, con sus brazos ahora largos y fuertes me envolvieron en un abrazo, sus manos empezaron a acariciar mi espalda y mis brazos, y en cuánto lo abracé, no sentí más que un cuerpo duro y frío.

Mis ojos ardieron, ardieron mucho, estos se llenaron de lágrimas y lo apreté más, su mano ahora pasó a mi cabello, acariciandolo, yo lloraba en su pecho, intentando pasar algo de mi en su muerto pero presente cuerpo.

¿Qué te hicieron... Sae?

—Sae... estás de vuelta.

Y mi susurro entre mi lloriqueo hizo que el besara de mi frente, sintiendo una extraña y fría calidez. Cuando intenté tranquilizarme, lo miré de nuevo, nuestras miradas conectaron y yo, ya no sentía a Sae conmigo.

—¿Por qué lloras, no estás feliz de verme?

Incluso su tono de voz eran indiferente, su mirada pesada y su agarre era totalmente diferente a lo de antes. Pero una sonrisa pequeña por parte de él me hizo admirarlo y recordarlo.

Ya no era ese niño que vestía mal o que olía a sudor, ya no era pequeño a lado mío, yo no estaba escualido como antes. Era enorme, su ropa ahora cara, cubría los músculos los cual sentí en el abrazo, y en este, un olor a perfume de hombre.

Cambiaste mucho para ser 4 años, Sae.

Y volví a abrazarlo, no entendía porque sentía tan mal en mi corazón al verlo así, pero lo tenía enfrente después de 4 años, después de no saber nada de él y de pronto encontrármelo, hacía mi corazón sentir alivio.

Debía aceptarlo, que aunque no fuera el mismo, era Sae, y algo de él había que aún lo mantenía. Lo sé, confío en ello.

—Vamos, te dejaré en casa.

Y sin más, regresó por su maleta y a mi me tomó del brazo con su mano desocupada, sin dejarme decir algo más, me arrastró. Mis pies no alcanzaban la velocidad con la que él lo hacía, me estiraba con fuerza y brusquedad, mi muñeca dolía, y mis ojos ardían de nuevo.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 | Sae Itoshi [Blue lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora