Jeon Jungkook es un Rey solitario y no tiene una compañera para convertirla en su Reina o Reina Consorte, sin embargo es un Rey que sobre todo ama su harem, pero a ese harem llegará un Doncel, ¿Acaso ese Doncel llegará conquistar el corazón del Rey...
Estaba muy cansado, habían pasado cinco meses que no dormía bien en una cama desente, ya que la fiesta no parecía tener fin, decidí ir a mi habitación a cambiarme de ropa, para después volver con todos los invitados y a seguir celebrando la victoria.
Me había escapado hacia mi habitación, me encontraba caminando por los pasillos, cuando de pronto llegue a sentir una mano tomarme del brazo y yo a la defensiva lo arrincone al sujeto, pero era mi Doncel a quien había arrinconado, el me observaba con un brillo en los ojos, su mirada era tierna y sus labios con un ligero color a carmesí que eran muy apetecibles para besar.
Taehyung, ¿qué haces aquí? - lo mire con desconcierto -
Jungkook, te he extrañado demasiado - dije con suavidad - no sabes lo preocupado que me tenías - sonreí - ahora que te veo bien sin ningún rasguño estoy más tranquilo - lo atraje más a mi -
El acercamiento no era incómodo, pero mi corazón no paraba de latir fuertemente, Taehyung me observaba con anhelo, miraba todas las facciones de mi rostro, no pude evitarlo más, lo tome de la cintura e inicie un beso profundo.
Taehyung me correspondía de la misma manera, saboreandonos mutuamente, mezclando nuestras salivas para después separarnos. Mi boca siguió besando su cuello, dejando marcas notorias en el camino sin embargo parece ser que a Taehyung no le molestaba en lo absoluto, más bien sonreía por las marcas que adornaba su cuello, pero llegó un momento donde me percate lo que estaba sucediendo decidí levantar mi rostro y vi desconcierto en su mirada.
Taehyung, no es el lugar para hacer esto - junte nuestras frentes, sintiendo como nuestras respiraciones se mezclaban - pero quiero que tu sepas que al igual que tu, yo también te he extrañado mucho mi lindo Doncel - lo mire -
Esta bien Jungkook - lo mire - más bien, solo quería volver a besar tus labios y sentirte cerca - mis ojos brillaron -
Ver a mi Doncel tan dispuesto y entregado a mi, hizo que mi corazón palpitara sin desenfreno y ese sentimiento otra vez estaba surgiendo que me causaba miedo y temor.
Ve al gran salón, yo iré a cambiarme de ropa - bese sus dulces labios -
Jungkook quiero verte - lo mire sonrojado - por favor déjame verte - supliqué -
Mi amor - reí - solo iré a quitarme la armadura y ponerme ropa más cómoda - lo abrace - volveré pronto al gran salón, no te preocupes más, ve al gran salón porfavor - bese su cuello, sintiendo como el se erizaba - _____________________________
Decidí regresar al gran salón, el Príncipe Jimin se me acercó con una mirada pícara y coqueta.
¿Donde estabas ,Tae? - lo mire sonriente - me percate que cuando mi amado hermano se retiró de la sala, tú hiciste lo mismo - reí -
Príncipe Jimin... - me sonroje - no piense ese tipo de cosas, al menos no de esa forma - dije avergonzado -
Ay vamos si te ves reluciente y radiante - sonreí - las marcas en tu cuello son muy notorias, deberías cubrirlas antes de que el Eunuco las vea y haga preguntas sobre ello - agregué-
Había olvidado las marcas, trate de cubrirlas para que nadie más las notará, aunque lo dude mucho, ya que la Reina Madre Suygyung, me miraba molesta y jusgona, lo más probable es que sea por las marcas.
El Rey Jungkook había regresado, estaba vestido completamente diferente, las miradas de las Princesas y Doncellas arrazaban, ¿Por qué el hombre que amo, tenia que ser tan guapo y además Rey?.
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