CAPITULO 1

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Buenas noches, antes de comenzar quería decir q les agradesco por su apoyo.. No soy muy bueno con las que palabras así que mejor comenzamos con esta nueva historia. :)

Espero y les guste.









En una sociedad japonesa muy similar a la nuestra, se vivió un cambio drástico cuando de repente comenzaron a abrirse portales dimensionales por todo el país. Estos portales conectaban con una dimensión paralela conocida como la Dimensión de Mato. De su interior emergieron monstruos humanoides llamados Shuuki, que sembraron el terror en la humanidad, causando devastación y muerte a su paso.

Afortunadamente, la raza humana descubrió un mecanismo de defensa procedente de esta dimensión: extraños frutos semejantes a los duraznos de nuestra realidad. Estos frutos, al ser consumidos, otorgaban habilidades especiales al usuario según sus cualidades. Sin embargo, solo eran compatibles con mujeres. Como resultado, la sociedad japonesa se volvió completamente matriarcal, con mujeres en todos los puestos de liderazgo y los hombres relegados a un segundo plano. Para proteger el mundo real de la amenaza de Mato, se crearon fuerzas especiales formadas exclusivamente por chicas que controlan los portales y protegen a la humanidad. Estas fuerzas son conocidas como el Cuerpo Especial Anti-Demonios.

En una silenciosa noche de tormenta en Tokio, los gritos de una mujer rompieron la calma del hospital. Gine, una mujer de cabello oscuro y ojos decididos, estaba en trabajo de parto. Las contracciones eran intensas y su rostro mostraba la mezcla de dolor y esperanza.

 Las contracciones eran intensas y su rostro mostraba la mezcla de dolor y esperanza

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Las enfermeras corrían de un lado a otro, preparando todo lo necesario. La luz fría de los quirófanos iluminaba el rostro contorsionado de Gine. El médico, con voz calmada pero firme, animaba a Gine a pujar con todas sus fuerzas. Sus manos se aferraban a las barandillas de la cama, los músculos de su cuerpo se tensaban con cada esfuerzo. Tras varios minutos de esfuerzo y dolor, un llanto fuerte y claro resonó en la sala.

El pequeño Goku había nacido.

El médico lo sostuvo por un momento, antes de entregárselo a una enfermera. La enfermera, con manos expertas, envolvió al recién nacido en una manta cálida y se lo llevó a Gine. Gine, exhausta pero llena de alegría, recibió a su hijo con una sonrisa radiante.

"Te llamarás Son Goku", susurró con voz débil, pero llena de amor y esperanza.

"Te llamarás Son Goku", susurró con voz débil, pero llena de amor y esperanza

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