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En la desolada metrópolis demoníaca conocida como "Mato," un joven de cabellos oscuros y desordenados avanzaba con dificultad. Su capa negra, ahora reducida a harapos, ondeaba débilmente a su alrededor. La expresión en su rostro era una máscara de indiferencia, sus ojos vacíos observaban el entorno devastado con una frialdad casi escalofriante. “¿Dónde estoy?” se preguntó en voz baja, su voz resonando sin vida en el silencio opresivo que lo rodeaba.
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(algo así, pero sin el ssj)
De repente, el suelo comenzó a temblar violentamente, interrumpiendo su marcha. Goku giró la cabeza, sus ojos inexpresivos se posaron en un grupo de demonios emergiendo de entre las rocas. Eran los Shuuki, criaturas monstruosas que superaban en tamaño a cualquier hombre adulto. Su piel, de un tono oscuro y textura similar a músculos expuestos, contrastaba con sus caras blancas y deformadas que parecían grotescas máscaras de pesadilla. Algunos tenían huesos visibles, otros múltiples brazos y ojos adicionales. Todos avanzaban hacia él con una furia asesina.
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Los Shuuki se lanzaron hacia Goku, pero él permaneció inmóvil, como si no percibiera el peligro inminente. Un Shuuki, más rápido que los demás, se adelantó, su garra levantada para asestar un golpe mortal. Pero antes de que pudiera hacerlo, una figura borrosa se interpuso y cortó al demonio en dos con un movimiento rápido y preciso. La figura, ahora claramente visible, era una joven de cabello rosa platinado, su rostro mostrando una sonrisa confiada y casi burlona.
