call me babe for the weekend

01

Diciembre, 2017.

Harry bajó del avión a un aeropuerto tranquilo y temprano en la mañana. Era diferente de lo que estaba acostumbrado, con la falta de cámaras intermitentes y reporteros gritando. Él es responsable de sus propios bolsos, ya que no trajo a su guardaespaldas con él, y su hermana lo recogerá. Da un paso afuera y respira hondo, dejando que la ligera brisa se abra camino a través de sus rizos recién cortados.

Estar en casa siempre fue agradable, Los Ángeles nunca se sintió realmente como un lugar en el que pudiera relajarse por completo. Cuando está en casa, puede dormir hasta que el sol comienza a ponerse, y puede sentarse junto al fuego con una taza de té caliente, leyendo uno de los clásicos al azar que su madre tiene en la mesa de café. Estar en casa es agradable, pero Harry no la visita mucho.

Su trabajo lo mantiene en la carretera la mayor parte del tiempo, y en los días en que no viaja para cantar para todo el mundo, está dormido en su sofá porque no pudo subir las escaleras o grabando su próximo álbum en el estudio con su banda. Su vida es un tornado continuo de trabajo, razón por la cual se tomará los próximos dos meses libres para pasarlos en casa, en un intento por dar un paso atrás de estar siempre ocupado.

Agarra los extremos de su sudadera con las manos, tratando de cubrirlos mientras el aire frío a su alrededor comienza a sacudir su piel. Mira a través de la fila de autos y ve el Subaru rojo oscuro de Gemma detrás de un Mustang verde oscuro. Levantándose la capucha sobre su cabeza, agarra su maleta y la hace rodar hacia su auto.

"¡H!" exclama su hermana, saliendo del coche para tirar de él en un abrazo. Él sonríe en su hombro, liberando su bolso y envolviendo sus brazos alrededor de su cintura.

"Hola, Gem", dice en voz baja, depositando un beso en su cabello antes de alejarse del abrazo. "Es bueno verte de nuevo".

“Te extrañé, al igual que Ro”, responde ella sonriendo, tomando su bolso y colocándolo en el baúl abierto. La hija de 5 años de Gemma, Rowan, (Ro para abreviar), era la persona favorita de Harry en todo el mundo. Ella lo admiraba no solo porque era mucho más baja que él, sino también porque afirmaba que quería ser una "gran estrella de rock como el tío Harry". Si había echado de menos algo de su ciudad natal, había sido su familia.

“¡La extrañé terriblemente, le traje un regalo de Brasil, en realidad!”

"No se lo digas, se volverá loca. Guárdalo para Navidad, ¿sí? ¡Ese es un regalo menos para un miembro de la familia!” Gemma dice, revisando una lista de verificación invisible antes de presionar un beso en su mejilla y moverse para volver al asiento del conductor del auto.

Harry se desliza en el asiento del pasajero e inmediatamente apoya las rodillas en el tablero, como siempre lo hace, solo porque sabe que molesta a su hermana. Él la ve poner los ojos en blanco en su periferia, y salen del aeropuerto en un ataque de risa.

“Entonces, ¿algo que me perdí mientras estaba de gira?” Él pregunta, girándose para ver su perfil lateral mientras ella conduce con cuidado por las sinuosas carreteras de su ciudad natal.

“Mm, no mucho, excepto que han decidido cerrar la tienda de regalos el 27”, responde Gemma, manteniendo los ojos en la carretera mientras lo hace.

"¿Qué? Me encantaba ese lugar”, frunce el ceño en respuesta, encorvándose en su asiento. "¿Algo más? ¿Alguna noticia feliz, tal vez? En el fondo sabe lo que espera oír, pero ha visitado su casa un total de unas 25 veces en los últimos años del despegue de su carrera, y ni una sola vez ha oído lo que quería.

"Bueno, tu viejo amigo Louis se mudó hace unos meses, trabaja en la escuela primaria a la que asiste Rowan", dice con calma, mientras Harry casi tiene un ataque al corazón en su asiento.