🍃🥀 | Única Parte | 🥀🍃

49 6 0
                                    

Ahí estaba, con la mirada perdida, justo en el marco de su puerta de su habitación, abrazando su Oso de peluche favorito. Observando como sus Padres discutían, observaba como su Padre levantaba de su mano cerrado en un puño, con la fuerza que ejerció en el, impacto en el rostro de su Madre ocasionando que ella cayese en el suelo, sosteniendo su mejilla con miedo y sangre en ella.

-¡Giyuu!.-Lo llamó su hermana, tomándolo del brazo y jalandolo adentró de la habitación.-¡¿Qué hacías observando a Papá y Mamá?!, ¡¿Que acaso buscas molestar a Papá?!.-Le reclamó.

-¿Porqué... Papá golpeaba a... Mamá?.-Miró a su hermana, que solo optó por tener un semblante entristecido.

Ella le tomó de la mano y lo hizo subirse a su cama, acostandolo y arropandolo con sutil cuidado.

-Giyuu...-Ella solo suspiro y se sentó sobre la orilla de la cama.-Aveces las cosas no son siempre de color rosa, el matrimonio es algo bonito pero tiene sus defectos, algún día entenderás el porqué es así. Es por eso que debes ver el espejo de Mamá.-Le aconsejó con una sonrisa débil. Sólo se acercó a él y le dio una leve caricia en su esponjosa cabellera Peli-Azul.-Ahora es hora de ir a dormir. Buenas noches, hermanito.-Ella solo se acercó a su cama y decidió apagar la lámpara a su lado.

-Buenas noches, Tsutako Nee-San...
-Susurró bajito a su hermana.

Se acomodó sobre su cama, dándose la vuelta, mientras abrazaba a su Oso, sus orbes Oji-azules se fueron cerrando poco a poco. Olvidando el caso de que su Padre había golpeado a su Madre.

Creía que después de eso, no volvería a pasar. Que lástima.

La mañana siguiente llegó, despertando y incorporándose sobre su cama, tallando sus orbes y observando su habitación. Estaba solo, recordaba que su hermana mayor se iba a trabajar temprano. Solo para ahorrar y comprar cosas para el, al igual comprar una casa con la economía perfecta para poder tener ellos dos solos. Salió y fue hacia la cocina, observando a su Madre cocinar con un semblante serio. Observó una gasa en su mejilla, sostenida con una cinta. Su Padre estaba en el comedor, observando de la tele. Era obvio que no le importaba lo que le había hecho a su Madre.

Se acercó a su Madre y la abraza por la cintura, observó de cómo ella solo lo miraba y fruncia el ceño.

-Buenos días. Oka-San...-Le sonrió a su Madre.

Un silencio abrumador tocó la cocina, observó como su Madre apretaba el cuchillo que sostenía en su mano izquierda, apretando sus labios con temblor.

-No me llames, Oka-San, yo no soy tu Madre...-Contradijo.

-Pero, eres mi Mamá, tu...

-¡Basta!.-Golpeó la tabla.-¡¿Cuántas veces tengo que repetirte que yo no soy tu Madre?!.-Le gritó tomando su brazito con fuerza, alejandolo bruscamente de ella y aventandolo hacia el suelo.-¡¿Aléjate de mi, maldito niño?!.-Lo insultó.

Giyuu solo pudo sobar su brazo y empezar a llorar. Sus sollozos lo hacían tener un nudo en la garganta.

-Pero...

La mujer sólo lo miró con una expresión de asco.

-Tu no eres mi hijo...-Repitió.-Solo eres un mocoso que tuve por error. ¡¿Tú y tú hermana son unos malditos errores que solo arruinaron mi vida?!, ¡¿No son solamente unos errores que hicieron de mi vida una mierda?!.-Le gritaba aun más.

Esto ocasionó que Giyuu se pusiera de pie y fuera a su habitación, limpiándose las lágrimas y poniéndose su Uniforme, tomando su mochila y saliendo de casa escuchando en el procesó a su Padre gritarle a su Madre.

El Abuso de Giyuu | ObaGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora