La noche comienza a hacerse presente en la ciudad, los pocos rayos del sol que quedan van desapareciendo y los colores que antes estaban teñidos de colores naranja ahora pasan a ser azulados bajo el manto de la oscuridad. Lisandro va de camino a la joda de Rodrigo, quien insistió en que tenían que aprovechar ahora antes de que se gradúen porque después ya no se iban a poder seguir viendo tanto como antes, así que había organizado una fiesta a espalda de sus padres chetos e invitado a todos los compañeros del curso, incluso a los del turno mañana aunque no los soportaban mucho que digamos.
Cuando da la vuelta a la esquina, logra divisar la casa de su amigo. La música interrumpe el silencio en la calle y Lisandro se pregunta cómo mierda, todavía no hay una señora rubia teñida con su caniche en brazos, llamando a la policía para quejarse del ruido. Le da una última calada a su cigarrillo, dejándolo en la vereda antes de entrar directamente al medio del bullicio. La puerta está abierta y no hay un solo rincón donde no haya gente. Hay personas bebiendo, fumando, drogándose y bailando; algunos hacen todo junto, como cualquier joven de dieciocho que cree que la diversión solo se consigue así.
El entrerriano no consigue ver a ninguno de sus amigos entre tantas personas, al parecer la bola se corrió porque hay demasiada gente desconocida que está seguro que ni deben ir al mismo secundario que él, por suerte la casa no es la suya y no planea quedarse para limpiar, que el chetito de Rodrigo le pague a alguien. La música comienza a molestarle, no está acostumbrado a escuchar reggaetón y esas pelotudeces. Él fue criado por una familia con buen gusto, así que lo único que podía hacer allí era encontrar algo bueno para tomar y quedarse con Nahuel en un rincón hablando.
O tal vez con suerte encontrar alguna mina o un pibe para pasar una noche interesante.
Lisandro entra en la cocina, hay botellas, latas y bolsas por todos lados, pero está todo vacío, no dejaron ni una gota como para que pudiera empezar a entrar en sintonía con los demás. Revisa en la heladera, pero obviamente no queda nada, está más vacía que la de su casa y eso que es una pelea difícil de ganar. Se queja por lo bajo, cerrando la puerta con brusquedad. No le importa si la rompe total los padres de Rodrigo pueden comprar más de diez si se les canta y todavía les sobra plata como para tres vidas más.
"¿Estás buscando algo para tomar?" Le pregunta alguien a sus espaldas, es una voz que no conoce, por lo que voltea con curiosidad. Delante de él se encuentra un morocho, medio alto y con unos lindos labios gorditos. Lisandro se muerde la parte interna de la mejilla, no conoce al chico delante de él, pero puede afirmar que es exactamente el tipo de persona que le gusta llevarse a la cama los fines de semana.
"Sí, no dejaron nada estos gatos." El pelinegro responde con un tono divertido, arrancándole una sonrisa al chico, si juega bien sus cartas no le tiene que costar mucho llevárselo a algún rincón más oscuro y solitario.
"¿Querés un poco de Fernet?" —pregunta el morocho, acercándose y ofreciéndole la jarra que lleva en su mano. Lisandro ni había notado que la traía en sus manos, sus ojos estaban demasiado concentrados en esa carita linda que parecía hecha solamente para que le acabaran ahí. El más bajo asiente y toma la jarra entre sus manos, dándole un buen trago al líquido dentro. El Fernet está riquísimo, es difícil que alguien lo prepare como a él le gusta.
"¿Lo preparaste vos?" Pregunta con genuina curiosidad una vez que le devuelve la jarra al morocho, quien envuelve esos labios que estaban volviendo loco a Lisandro en el vidrio y da también un trago bastante largo.
"Sí, ¿Está muy puro? A mí me gusta así, pero estos chetos toman más coca que Fernet." Se queja el chico delante de él, poniendo los ojos en blanco y sin saberlo, haciendo que el corazón del entrerriano se acelere. Es la primera vez que le interesa lo que un tipo con el que quiere acostarse dice, ahora está más interesado en seguir conociendo un poco más al morocho, tal vez después de probar esos labios rosados que lo llaman.
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𝗣𝗼𝘀𝘁 𝗠𝗼𝗿𝘁𝗲𝗺 ;; Cutilicha
Fanfiction" ⟡ . No sabía que era tu novia, sin querer la empapé.. . . " ⎯Post Mortem - Dillom ׂ 𖥔 @ gatoderosario.