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Lionel no dejaba de picar su comida, una y otra vez sonaba el tenedor chocando sobre la cerámica en un flojo intento de encajar el trozo de pollo pero aún así, difícilmente se los llevaba a la boca.
—¿Te pasa algo, Lio? —preguntó Di Maria quien se encontraba frente a él.
El entrenamiento había terminado, en el comedor de la universidad por fin la Scaloneta disfrutaba de su hora de almuerzo y sin embargo, los más cercanos se dieron cuenta de un extraño cambio en el humor de su pequeña estrella y en realidad se preocuparon.
—No, Angel... no pasa nada...
La sonrisa forzada no convenció a nadie y ahora fue Rodrigo De Paul quien intervino y además, estaba a su lado.
—No mientas, Lío... —dijo el alfa mientras tomaba con suavidad la mano del Omega — comprendo que estás nervioso por el partido del sábado pero te juro que está vez ganaremos, dejaremos a esos mexicanos con las ganas.
De Paul soltó otra caricia más íntima con el dedo pulgar, y aquel gesto hizo que una ráfaga electrizante recorriera por todo el brazo del omega. inclusive sintió como su piel se erizaba pues la forma tan peculiar en como Rodrigo lo miraba... ese embeleso, le hizo confirmar una vez más lo atraído que estaba el joven por su persona.
Y ese hombre no lo sabia pero, su interés incomodaba a Lionel.
—Gracias... Lo tomaré en cuenta. —respondió apartando la mano discretamente escondiendola mejor por debajo de la mesa.
Tal vez para evitar más comentarios, Messi comió otros dos bocados de su platillo y finalizó con beber rápidamente un vaso de agua entero, antes de retirarse.
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De nuevo la sensación de asco le cerró la garganta, por más que quería hacer a un lado los recuerdos de ayer, no podía.
Ya era la cuarta vez que se limpiaba con furor la boca en lo que llevaba del día, incluso con bañarse aún no quitaba la nauseabunda sensación de las manos de Martino recorriendo su cuerpo más de lo que le tuvo permitido. No podía describir con palabras exactas lo que sentía en este mismo instante pero podía decir que estaba malhumorado, triste, empeñandose a dejar al sexo como solo eso... Sexo. Además, que el miedo le estaba persiguiendo porque su plan se viera descubierto.
A solas, se recostó sobre la cama, suspiró profundo y deslizó sus manos sobre su rostro. Muy en el fondo de su ser deseaba ver a Ochoa, ya que de algun modo este se había vuelto un bello refugio para él. Algo tenían sus feromonas que lo dejaban en paz y a pesar de ser solo un alfa más en su lista... Lio tenía que reconocer que, Guillermo se convirtió en uno especial a sus treinta y cinco años. No obstante, tampoco quería verse tan cretino, sería muy cínico de su parte pedir su cariño luego de que literalmente lo traicionó.
Sin embargo, ingenuamente creyó que aún así ambos podían llegar a la siguiente fase, que Guille y él podrían celebrar a escondidas un glorioso triunfo en pareja y... Todas esas fantasías cursis se fueron a la mierda cuando su celular sonó, no tenía mucho entusiasmo por contestar y de hecho, por un instante temió que a qué se tratara de Guillermo pero para su buena suerte o mejor dicho, para empeorarla, un número desconocido era quien marcaba.
En un comienzo dudó en descolgar, podría ser algún nuevo patrocinador o alguien relacionado a su trabajo... y lo menos que quería ahora eran problemas. Solo necesitaba de un gran momento en privado para superar el momento tan bochornoso con Martino. Así que dejó caer su movil al costado.
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La otra cara de la moneda [Messi x Ochoa]
FanfictionGuillermo Ochoa estaba tan hechizado por Lionel Messi, tan estúpidamente enamorado que... No creyó que Messi se tomaría tan enserió su sueño de ser campeón del mundo. "Los omegas han nacido, para lo que han nacido... Jamás uno de ellos llegará a po...