Luz en la oscuridad

Los pasillos del complejo Green Home estaban en silencio, un silencio pesado que solo se rompía por el crujir ocasional de escombros y el distante gemido de un monstruo. Cha Hyun-soo caminaba despacio, con la mirada fija en el suelo, sus pensamientos enredados en una maraña de dudas y miedos.

Desde que había empezado a cambiar, a sentir la monstruosidad dentro de él, había mantenido las distancias con todos. Pero había algo en Lee Eun-hyuk, una calma inquebrantable y una mirada que parecía ver más allá de la superficie, que lo hacía sentir... visto.

Esa noche, se encontró de nuevo frente a la puerta del apartamento de Eun-hyuk. Tocó suavemente, casi dudando. La puerta se abrió y Eun-hyuk, con su mirada siempre calculadora, lo observó por un momento antes de dar un paso atrás para dejarlo pasar.

Dentro, la luz era tenue, proyectando sombras largas en las paredes. Eun-hyuk se sentó en el borde del sofá, su rostro reflejando una mezcla de cansancio y preocupación. Hyun-soo se sentó frente a él, sintiendo el peso de las palabras no dichas.

- Eun-hyuk - comenzó Hyun-soo, su voz apenas un susurro, - ¿crees que alguna vez seré como ellos? -

Eun-hyuk lo miró fijamente, sus ojos brillando con una intensidad que Hyun-soo no había visto antes. - No eres como ellos - dijo con firmeza. - Has resistido más que nadie. Eso significa algo. -

El silencio se extendió entre ellos, lleno de lo que no se atrevieron a decir. Hyun-soo sintió un calor en su pecho, un sentimiento que no podía nombrar pero que sabía que estaba relacionado con la presencia de Eun-hyuk.

- Gracias - murmuró Hyun-soo, sintiendo una oleada de emoción que amenazaba con desbordarse. - Por creer en mí. -

Eun-hyuk se levantó y se acercó a él, colocando una mano firme y cálida en su hombro. - No es solo que crea en ti, Hyun-soo. Es que... quiero que sepas que, pase lo que pase, estoy aquí. No estás solo. -

Hyun-soo levantó la vista, encontrando los ojos de Eun-hyuk. En ese momento, el mundo pareció detenerse. Había una conexión, una comprensión mutua que trascendía las palabras. Hyun-soo se dio cuenta de que no solo confiaba en Eun-hyuk, sino que se preocupaba por él de una manera que no había comprendido del todo hasta ese momento.

Lentamente, casi sin darse cuenta, Hyun-soo alzó una mano y la colocó sobre la de Eun-hyuk. Era un gesto pequeño, pero lleno de significado. Eun-hyuk no apartó la mano, y en sus ojos, Hyun-soo vio algo que lo hizo sentir menos solo, menos monstruo.

En la oscuridad de ese apartamento, rodeados por un mundo que se desmoronaba, encontraron un destello de luz. Y en ese momento, ambos supieron que, sin importar lo que el futuro les deparara, enfrentarían la oscuridad juntos.