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Septiembre de 2020.

El otoño había llegado a la ciudad, trayendo consigo un manto de niebla que envolvía el pueblo como una manta cálida. Las hojas crujientes bajo los pies de Jude y el pequeño Aslan, el cual jugaba con la hojas mientras caminaba por las cera empedrada fuera de casa. El aire fresco y húmedo llenaba sus pulmones, y la tranquilidad del pueblo la envolvía como un abrazo.

A su alrededor, las personas salían a trotar, disfrutando del clima fresco, y los niños jugaban en la pequeña plaza del vecindario, riendo y gritando de emoción. El ruido de las hojas secas que volaban por el aire se mezclaba con el sonido de las conversaciones y el chirriar de los pájaros.

Mientras hacia tiempo, Hadassah, su mejor amiga, se unió a ellos, hablando sobre los últimos rumores en internet.

—Jude, ¿Has visto lo que están diciendo sobre ti y Harwin? ¡Es ridículo!

—No le doy importancia, Hadassah. Siempre hablan de lo mismo.—Jude se encogió de hombros, sonriendo.

—¿Quieres que los lleve en el auto a la escuela de Aslan? —ofreció la pelinegra, mirando a Jude y su hijo.—Así podemos seguir hablando de esto.

La chica sacudió su teléfono riendo, Jude aceptó la oferta y subieron al auto de chica sin antes asegurarse de que al pequeño de la casa no se le olvidara absolutamente nada. Mientras conducía, Hadassah continuó hablando sobre los rumores que estaban en tendencia.

—Es increíble cómo la gente puede inventar historias sobre tí y Harwin... ¡Es como si no tuvieran nada mejor que hacer!

Jude se rió.

—Ya lo sé. Pero solo uno de esos rumores es verdad.

—¡Claro! —dijo Hadassah.—Pero es frustrante que la gente no te deje en paz... ¿Crees que Alex tenga algo que ver con esto?

—No lo sé —Jude se encogió de hombros.— Aunque espero que no esté jugando de está forma, es tan molesto, Harwin solo es un buen amigo.

La rubia no pudo evitar el mirar a su hijo por el retrovisor, este se mantenía sumergido por completo en la tableta. Mientras hablaban sobre temas de la escuela del pequeño, mientras Alex las seguía por detrás en su auto, su mirada en ese momento era inexpresiva pero no estaba claro qué era.

—Al parecer tenemos un acompañante más.—Jude rió irónicamente.

Hadassah miró por su costado percatándose del auto detrás de ellas, sin más, solo suspiro y masajeo el puente de su nariz, intuía que se aproximaba una jaqueca a la tan temprana mañana.
Al llegar a la escuela, Hadassah se detuvo y miró a Jude, está suspiro mirándola.

—Ten cuidado con Alex ¿entiendes? No quiero que te meta en problemas.

—Lo tendré en cuenta.— Jude asintió —Gracias por traernos.

Mientras el pequeño Aslan se bajaba del auto y corría hacia la escuela sin antes despedirse de su madre y tía. Un hombre bien vestido se acercaba a ellas con una sonrisa de oreja a oreja, se presentó como Alex, un representante de talentos, enviado por su padrino, el famoso director mexicano, Carlos Morales, con lo que Alex no contaba es que las dos presentes ya sabían quién era y sobre su existencia, tampoco eran tan ingenuas.

—Jude, necesito hablar contigo un momento, claro, si me lo permites —dijo, mirando a Hadassah con una mirada que parecía decir "esto no es de tu incumbencia".

—Bueno, yo me retiro.— Hadassah suspiro mirándola y sonriéndole.—Nos vemos en cas-...

—No —Jude se cruzó de brazos mirando a Alex el cual parecía confundido.— Te quedarás, no creo que sea algo de lo cual tú no tengas conocimiento, necesito tu accesoria, ¿no?

Un drama en ¿Hollywood? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora