4. Demian

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Cuando la chica rubia salió de la sala, sentí un vacío inexplicable en mi interior; era extraño porque ni siquiera la conocía. Me sobresalté cuando alguien me tocó el hombro.

-Hola - me dijo una chica de pelo negro con un mechón rosa.

-Hola - respondí sin mucho entusiasmo, pues quería volver a ver a la chica rubia.

-Me llamo Bianca - comentó la chica, tratando de captar mi atención.

-Ah, qué bien - respondí con tono cortante.

-¿Y tú cómo te llamas? - insistió la chica.

-Demian.

-¡Qué lindo nombre! - exclamó ella, con una sonrisa radiante.

-Mmm, oye, creo que tengo que ir al baño - mentí, buscando una excusa para alejarme.

-Bueno, si quieres te puedo mostrar los baños.

-No, muchas gracias - dije, deseando liberarme de Bianca.

-Oh, está bien - dijo, con una exagerada tristeza.

Me paré lo más rápido que pude, esperando que Bianca se olvidara de mí, y me dirigí a la puerta del salón. La estaba abriendo cuando choqué con alguien y caí encima de ella.

-Ay, lo siento - dijo una chica.

-No importa - respondí, intentando levantarme.

En ese momento, levantó la cabeza y me di cuenta de que era ella, la chica rubia. Se sonrojó al instante en que me vio, mientras se frotaba la cabeza.

-Oh, eres tú - dijo ella.

-Sí, soy yo, supongo - contesté, sintiéndome torpe.

-Ah - respondió, sin saber qué más decir.

-¿Kristen, te ayudo a levantarte? - dijo la chica que estaba leyendo un libro de fantasía.

-Sí, por favor.

Cuando Kristen, la chica, se fue a su puesto, noté que Bianca la fulminaba con la mirada, pero Kristen la ignoraba y charlaba con sus amigas. Por alguna razón, me puse del lado de Kristen en esa batalla silenciosa.

Siempre que me cambiaba de colegio, la parte más incómoda era presentarme ante todo el curso, y esperaba que el profesor se olvidara de mí. Pero con mi mala suerte, eso no sucedió. El profesor, un señor de unos cuarenta y tantos años, anunció que tenían un compañero nuevo y me pidió que me presentara a la clase.

Me paré y fui al frente del salón.

-Hola, me llamo Demian y soy de Valecruz. Tengo quince años y espero llevarme bien con todos ustedes - dije, mirando directamente a Kristen. Ella se sonrojó y apartó la mirada.

-Muy bien, Demian - me felicitó el profesor.

Me senté en mi puesto, deseando que la clase de matemáticas acabara para poder encerrarme en mi cuarto y terminar mi pintura. Mi mente seguía regresando a la chica rubia, preguntándome por qué había sentido esa conexión con ella.

Reina Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora