Capitulo 11

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La casa de Charles era espaciosa, ordenada y con mucho estilo, la casa alargada constaba de tres plantas, incluido el sótano. No era tan grande como la mansión de Sergio pero había mucho espacio libre. Suelos de madera beige pálido y paredes blancas componían la casa.

Cuando entró, vio una pared de vidrio al frente, la pared de vidrio conectaba el pequeño espacio entre la casa y el jardín, las esquinas estaban hechas de madera con un tono más oscuro.

Charles tomó a Sergio y caminó con él hacia la cocina, después de soltar su mano por un momento, Charles sacó hábilmente un jarrón del estante de la cocina.

Charles, que llenó una botella de vidrio cilíndrica transparente y larga con agua, miró el ramo y dijo:

-Cuanto más lo veo, más hermoso me parece. Las flores se parecen a usted.

-Yo pensé que era un color que combinaba con el señor Leclerc.

Al escuchar el título de señor Leclerc, Charles miró fijamente a Sergio, quien dudaba en corregir sus palabras.

-Charles...

-Buen chico.- dijo Charles como si estuviera satisfecho, mientras tomaba una flor. Era una rosa Dolcetto.

-Es la primera vez que escucho que el violeta me queda bien. Por lo general, hablo mucho sobre el rosa claro.

Eso significaba que Sergio no era la primera persona que le regalaba flores a Charles, el pelinegro dejó caer un poco los ojos, al sentir que aunque era algo obvio, también era curiosamente lamentable, pero poco después, el acto de Charles de ponerle una rosa en la mejilla, hizo que Sergio levantará la cabeza.

-¿Estás interesado en el lenguaje de las flores?

-Sé lo que necesito saber, pero no me interesa.

Sergio conocía los materiales literarios de uso frecuente y el famoso lenguaje de las flores, sin embargo, a él nunca le interesó, porque pensaba que esos lenguajes de flores eran bastante emocionales.

-Yo soy un gran admirador.

Ahora que lo pensaba, Charles dijo que le gustaban las cosas románticas.

-En ese sentido, todas las flores que usted recogió pasaron la prueba.

Charles apartó la rosa, la mirada de Sergio la siguió, el castaño, que colocó nuevamente la rosa entre las demás flores con un toque delicado, volvió a tomar la mano de Sergio.

-¿Esto también es para mí?

Parecía que se estaba refiriendo a la botella de vino que llevaba en la otra mano, a lo que Sergio asintió, estaba agradecido de que él se hubiera dado cuenta, pero al mismo tiempo, la timidez lo inundó.

-Porque te gustan los dulces, por eso lo traje.

-Debe ser mi cumpleaños hoy.- dijo Charles en broma e inclinó la cabeza.

Sus labios tocaron la mejilla de Sergio, a pesar de que era un beso que ocurría de forma natural cuando se encontraba con Charles, su corazón latía cada vez que esa acción se repetía, su cabeza se volvió débilmente por la vergüenza. Si se hubiera ruborizado, o no hubiera podido manejar sus expresiones faciales, Sergio habría mostrado su mal aspecto en primer lugar, cuando pensó en ello, se sintió un poco enfermo, él ya había mostrado mucha de su inmadurez frente a Charles.

-Gracias por invitarme.

Charles inclinó la cabeza en silencio y lo miró, una risa traviesa se formó en su rostro.

-¿Estás feliz de verme?

Sergio se detuvo ante la pregunta inesperada, sus ojos verdes lo miraban fijamente, Sergio le dio fuerza a la mano que sostenía la botella de vino. Se las arregló para evitar dar un paso atrás, sin darse cuenta.

Define The Relationship | CHECLERC  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora