IX

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Los dos salieron del salón de baile

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Los dos salieron del salón de baile. Como todos los días, listos para dirigirse a casa, y disfrutar de sus tardes haciendo nada.

O bueno, Eunseok quería repasar su baile nuevamente.

La presentación anual sería la semana entrante y él aún no se sentía cómodo con su baile; a pesar de que ya le salía perfecto.

SeungHan iba con él, como siempre.

Sabía, y además sentía las vibras de Eunseok con sólo pensar en aquello.

Le aterraba, principalmente entrar en pánico en medio escenario, o hacerlo mal, caerse, olvidar algún paso, lo que sea, le causaba mucho temor.

Por eso el menor trataba de alejarlo de aquellos pensamientos lo más posible,
aunque Eunseok se resistiera, quería que bloqueara su mente para que no se desgastara tanto mental y físicamente.

—¿Quieres ver una película hoy? —SeungHan acomodó mejor su mochila. Eunseok lo observó—. Podemos comprar palomitas o-

—¡Eunseok! —el mencionado frenó en seco al escuchar aquella voz, realmente no tenía muchas ganas de hablar con nadie.

Nadie más que SeungHan, por supuesto.

Se dió la vuelta, recibiéndolo con una sonrisa. Claramente forzada.

—Hey, Seok, ¿cómo estás? —Sohee rascó su nuca, algo nervioso—. Yo, ehh-

—No digas nada, yo debo disculparme, está bien —sonrió suavemente.

SeungHan estaba a su lado, expectante a la pequeña conversación que se generaba.

—Es que siento que fue muy pront-

—Sohee —sonrió nuevamente de la misma forma, llamando la atención del rubio, colocó una mano en su hombro—. Está bien, ¿sí? No pasa nada.

SeungHan se dirigió al lado del pelinegro, con una pequeña cara de sorpresa por estar presenciando aquello.

Parpadeó rápido viendo como un minúsculo brillo se reflejaba en sus ojos, pero no estaba seguro de si era su vista, o el reflejo de un poco de sol que había.

Y esperaba que no fuera ni una ni otra, esperaba que Eunseok realmente lo sintiera.

Sohee asintió

—¿Te... gustaría entonces intentarlo... Otra vez? —volvió a rascar esta vez su brazo, viendo hacia sus zapatos.

El castaño sonrió de lado, asintiendo—. Sí, está bien.

—¡Genial! —alzó su mano en un puño, a manera de celebración, haciéndolo reir. El rubio al darse cuenta, bajó su mano, un poco avergonzado—. Eh... ¿te parece si paso por ti mañana?

El chico de la cabellera castaña asintió, aún con una sonrisa en su boca.

—Entonces nos vemos mañana —Sohee sonrió fugazmente, mostrando una muy linda y tierna mueca. Eunseok asintió.

Con un saludo, se despidió de Eunseok, y continuó caminando a paso más apresurado hasta que Eunseok y SeungHan lo perdieron de vista.

Cuando dejaron de observarlo, la vista de Eunseok cayó, al igual que su sonrisa.

SeungHan se posicionó al frente de él, viéndolo con una extraña sorpresa y un poco de confusión.

Parpadeó varias veces antes de poder hablar, y darse cuenta de que aquello no se sintió tan bien para el rubio.

Y entonces se dió cuenta de que había hecho eso únicamente por él.

—¿Qué fue todo eso? —preguntó al fin, cuando comenzaron a caminar para volver a dirigirse hasta su casa.

—Saldré con Sohee, es todo —acomodó su mochila en la caminata.

—No, de eso ya me dí cuenta, pero... ¿Por qué te decaíste cuando se fue? Te veías feliz.

—Es muy diferente fingirlo a sentirlo, ¿no crees? —frenó viendo a los lados antes de cruzar.

—Claramente sí, pero si no estabas feliz, ¿por qué aceptaste?

Eunseok suspiró, un poco cansado. Ya no quería responder, aún así, SeungHan siguió.

—Me prometiste que no te estancarías y seguirías siendo feliz.

Eunseok lo ignoró una vez más, suspirando, y esperando a que el menor dejara de hablar.

Sólo quería llegar a casa y poder meterse entre las cobijas.

Y sintió un alivio cuando estando frente a su casa, colocó las llaves mientras se quitaba los zapatos con sus mismos pies, entrando cuando dejó de quitar el seguro.

SeungHan seguía detrás de él.

—¡Eunseok! —lo llamó, ya perdiendo un poco de su paciencia—. No me ignores.

—¡Entonces vuelve conmigo! —dijo y arrojó su mochila en el sofá, dejando de darle la espalda, y volteando a verlo, rompiendo en llanto—. Si tanto quieres verme feliz, entonces vuelve conmigo, a como todo era antes, donde sólo éramos los dos. Vuelve conmigo y vivamos eso de nuevo, y entonces seré feliz.

SeungHan suspiró, cerrando sus ojos, apretando sus puños y mandíbula, reteniendo aquellas horribles ganas de llorar que se intensificaban en un nudo en su garganta, sintiéndose una completa basura.

Eunseok estaba frente a él, se había acercado llorando mientras le hablaba.

Él también quería volver, más no podía.

—Sabes que no puedo… —dijo de la misma forma, escuchó como Eunseok sollozaba un poco más fuerte.

Antes de seguir rompiéndose frente a él, caminó hasta llegar hombro a hombro, tomó una profunda bocanada de aire, para poder hablar en un tono suave y bajo, sólo para que SeungHan escuchara.

—Entonces nunca seré feliz —murmuró por encima de su hombro, dirigiéndose hasta su cuarto.

—Entonces nunca seré feliz —murmuró por encima de su hombro, dirigiéndose hasta su cuarto

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𝗧𝗮𝗹𝗸𝗶𝗻𝗴 𝘁𝗼 𝘁𝗵𝗲 𝗺𝗼𝗼𝗻 ✧ 𝗛𝗮𝗻𝘀𝗲𝗼𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora