Capítulo 1

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Me hace gracia como empezó todo. Simplemente con una noche de insomnio. Dar vueltas a la cama, intentar que no haya tanto luz en tu cuarto, aunque lo veas todo negro, comer, para ver si te sacias. Aun así sabes que no tienes hambre y lo haces a desgana. Cambias de posición siete mil veces, te tumbas en el suelo, en el sillón, en el sofá con la esperanza de dormirte. Y ni siquiera lo consigues. Y te metes con todos tus peluches, vete a saber si ellos te dan sueño, pues no, incluso haces kickboxing para descargar energía, pero tampoco. Te quedas mirando por la ventana de la cocina, al parque de enfrente, y te dices, por qué no.
Te pones unas zapatillas de deporte, y con el pijama mismo, sales a pasear, dejando antes una nota por si pasara algo que se sepa. Solo te sientas en el banco, no hay nadie, y la luz de la farola es débil, pero te sirve para poder contemplar el parque.
Estoy segura de que no fue una alucinación, que no era producto de mi imaginación, porque aunque fuesen las 3 de la madrugada yo me sentía hiperactiva. Fue una sensación, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, era como si alguien me estuviese mirando. Observé detenidamente todas las ventanas de mi alrededor, no, nadie.
-¿Hola?- pregunté timidamente. Tal vez si que era producto de mi imaginación.
Sería mejor si volviese al mi piso, mis padres me matarían como se enteren que he salido a esta hora de casa. Si por lo menos estuvieran aquí
Cerré la puerta con cuidado, sin despertar a nadie. Tenía unos vecinos muy sensibles. Yo juraría que... bah, seguro que es el cansancio. Me volví a tumbar en mi cama, y seguía sin poder dormir, pero esta vez no me moví, como si tuviese miedo.

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