Prólogo - Bienvenida

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La puerta que tanto tiempo había esperado estaba ahora frente a ella. Pese a que unos meses atrás no hubiera pensado que algún día la vería así, tan palpable, tan real. Solo tenía que escribir el código que él le había enviado para entrar al interior de un apartamento en el que nunca había estado, pero que conocía muy bien. Demasiado bien, para su mala suerte.

Sacudió la cabeza, apartó la mano de la superficie y se centró en releer los últimos mensajes. Sentía que alguien le observaba, y equivocada sabía que no estaba. Era su primera prueba, tenía que actuar de forma inocente.

—2350... —leyó en un susurró.

Nada más introducir el código, la melodía de la cerradura le indicó que era el correcto. La puerta se desbloqueó, pero todavía tardó unos segundos de más en llevar su mano al pomo y bajarlo.

Tomó aire sintiendo el peso de su mochila a la espalda, fruto de una de sus muchas preparaciones previas y, móvil en mano, entró con fuerza a aquel apartamento. Su juego estaba a punto de comenzar. Y ella, por supuesto, pensaba ganarlo.

Ruta desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora