• Friends... Or Something More? • [DRENG]

°• Amigos... ¿o algo más? •°

Dre gimió, su cabeza se inclinó hacia adelante para caer contra sus libros con un ruido sordo. La cama debajo de él crujió cuando tomó su peso, sus ojos se cerraron mientras dormitaba pacíficamente contra sus libros.

-¿Qué estás haciendo?- una voz burlona vino desde la dirección de la puerta y Dre levantó la cabeza cansadamente, sus labios carnosos formando un suave puchero mientras arreglaba su rostro en la expresión más miserable que podía formar.

-Muriéndome, ahora déjame hacerlo en paz- se enfurruñó, su frente encontró los libros nuevamente con un suave golpe.
Ignorando el hecho de que actualmente estaba tendido en la cama del chico que le gustaba, el mismo que solía intimidarlo. No es que ese amor platónico alguna vez lo quisiera de vuelta, así que estaba feliz simplemente siendo amigos.

—Vamos, los deberes no son tan malos —dijo Cheng, apoyándose en el marco de la puerta de su dormitorio y sonriendo burlonamente al chico que estaba en la cama, conteniendo un gruñido cuando el chico levantó la vista de donde tenía la cabeza enterrada entre los libros, con el pelo alborotado, los ojos entrecerrados y los labios mordidos por el estrés

-Lo dices tú, te juro que los profesores son peores que los nazis, al menos los nazis dejan que se sepa su odio en lugar de esconderlo detrás de un fino velo de sonrisas y de ayudar en el trabajo —la voz de Dre estaba llena de sarcasmo y Cheng puso los ojos en blanco, prácticamente acechando hacia la cama antes de lanzarse contra el cuerpo que yacía boca abajo y con las piernas abiertas.

Dre gritó, aunque nunca lo admitiría, y trató de defenderse del ataque. Solo consiguió tirar los libros al suelo con un fuerte estruendo y enredarse en una masa de extremidades con el chico chino.

—¡¿Qué demonios, hombre?!- Dre gritó, esquivando juguetones golpes en sus costillas y cayendo sobre la cama con Cheng, la lucha se detuvo abruptamente cuando Cheng tomó la delantera.
Dre hizo pucheros nuevamente antes de que sus ojos se abrieran, asimilando su posición.

Cheng estaba sentado encima de él, a horcajadas sobre su regazo con las piernas a cada lado de sus caderas. Los brazos, duros por los músculos de años de duro entrenamiento, estaban separados para que sus manos aterrizaran a cada lado de la cabeza del estadounidense. El chico chino sonrió, los ojos calentados con un fuego inexplicable, antes de caerse de él, esparciéndose a su lado en la cama.

-Deberías hacer tu trabajo- le recordó Cheng, Dre gimió y se dejó caer para que su cabeza descansara sobre el brazo del chico chino, ignorando la forma en que su corazón se agitó cuando la mano de Cheng se envolvió alrededor de su espalda y brazo para descansar sobre su hombro.

—Sí, sí, en un minuto —murmuró, curvando las piernas hacia su cuerpo y dejando que sus ojos se cerraran, su respiración se estabilizó después de unos minutos de silencio.