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Hanabi esperaba cualquier cosa de su charla con Himawari. La idea de por fin saber aquello que esconde era algo que no dejaba su mente, pero estar preparada para lo que sea que Himawari le diría, al final no lo estaba. Lo que ella le dijo la tomó completamente por sorpresa.
Enterarse de que la diosa que le ayudaría con su hija y que el dios que revisaría que lo que sea que Orochimaru le haya hecho a su pequeña desapareciera fuera el mismo dios que mató al padre de sus dos hijas fue algo que nunca esperó, y el hecho de que Himawari lo dijera con tanta tranquilidad no ayudaba en nada. ¿Cómo podía estar tan tranquila sabiendo algo como eso?
Hanabi: ¿Cómo puedes estar tan tranquila sabiendo que el asesino de tu padre estará cerca de tu hermana?
Himawari: No la lastimará, él respeta.
Hanabi: ¿Qué hay de esa mujer?
Himawari: ¿Perséfone?
Hanabi: ¿Confías en ella?
Himawari: No del todo, pero ¿acaso tenemos mejores opciones?
Hanabi: Debe de haber algo.
Himawari: ¿Acaso puedes crear un portal al reino divino? Y en caso de que lleguemos, tendríamos que enfrentar a quién sabe cuántos dioses.
Hanabi: No me gusta.
Himawari: No tiene que gustarte.
Hanabi: Esto ya era un desastre y para empeorar las cosas me sales con esto.
Himawari: Será mejor que duermas un rato.
Hanabi: No tengo sueño.
Himawari: Nunca dije que era porque tuvieras.
Hanabi: ¿De qué hablas?
Himawari: Descansa, mamá.
Antes de que Hanabi pudiera decir algo más, sintió como el sueño y el cansancio la invadían y sus ojos se cerraron. Lo último que vio fue la rosa amarilla que Himawari puso sobre la mesa.
Himawari: Descansa, mamá. Cuando despiertes hablaremos.
Himawari salió de la casa provisional que ella y su madre estaban usando mientras reparaban el complejo Hyuga. Mientras caminaba hacia su destino, decidió tener una conversación con su inquilina.
Himawari: Sabía que esto pasaría.
Matatabi: Es comprensible su reacción.
Himawari: Ya esperaba esa reacción.
Matatabi: ¿Cómo es que la hiciste dormir? No recuerdo que pudieras hacer eso.
Himawari: Deberías dejar de dormir tanto.
Matatabi: Me aburro.
Himawari: Descubrí que si uso diferentes rosas con mi sangre y además de eso le agrego tu chakra, puedo cambiar el efecto.
Matatabi: Parece muy complicado.
Himawari: De hecho lo es. Si me equivoco, puede ser fatal para quienes están a mi alrededor.
Matatabi: Aun así, lo usaste con Hanabi.
Himawari: El somnífero ya lo tengo dominado, así que puedo usarlo sin ningún problema.
Matatabi: ¿Qué otra cosa puedes hacer?
Himawari: Con las rosas azules puedo crear un paralizante.
Matatabi: ¿Qué más?
Himawari: Con las negras, un veneno corrosivo que va devorando a su víctima desde dentro.
Matatabi: ¿Cómo lo sabes?
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EL menor de los dioses
Fanfictionperdon por borrarla pero no me gustaba como se estaba desarrolando en un futuro hare una mejor vercion de ella pero por ahora les dejare esta